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Metamorfosis de la Rambla de Aragón de Lleida: Recortes en la calzada para ampliar y ajardinar una acera y habilitar carril-bici
La Rambla d’Aragó es uno de los viales que soporta más tráfico de la ciudad y hasta hace un par de años solo su margen derecha en sentido hacia Ricard Viñes hacía honor al nombre de rambla, al disponer de una acera ancha y arbolada.
En cambio, en el otro lado solo había una acera estrecha, salvo en el tramo que daba a la plaza Víctor Siurana, ante la fachada principal de la sede del rectorado de la UdL. Esta situación comenzó a modificarse en 2018, cuando se habilitó un carril bici que también discurría por Balmes y la avenida Catalunya. Sin embargo, cuatro años después el tramo de carril-bici de Rambla d’Aragó volvió a levantarse para hacer una acera más ancha, lo que también comportó “mover” hacia el centro el carril-bici.
Fue una obra financiada con los fondos europeos, que incluyó la instalación de zonas ajardinadas, más árboles y bancos entre las calles Ramón y Cajal y Lluís Companys y una pequeña plaza con juegos infantiles junto a la fuente de avenida Catalunya.
Esta remodelación ha obligado a recortar los carriles de circulación, que han pasado de tres a dos por sentido y a suprimir numerosas plazas de aparcamiento, porque una parte han desaparecido y otras han pasado a ser en línea en lugar de en batería. Además, en el tramo inicial de subida hacia Ricard Viñes, uno de los carriles es para bus y taxis, al igual que en la avenida Catalunya.