Alerta con las falsas creencias para diferenciar las setas tóxicas: No hagas caso de los siguientes bulos
Las setas son un manjar muy apreciado, pero su recolección puede convertirse en una actividad peligrosa si se confía en falsas creencias populares para distinguir entre las especies comestibles y las tóxicas. El Ministerio de Consumo advierte que ninguna de estas creencias es fiable y subraya la importancia de una identificación experta para evitar intoxicaciones graves o incluso mortales.
A continuación, se detallan algunas de las creencias más comunes y por qué son erróneas:
Hervir las setas elimina su toxicidad: Falso. Algunas toxinas presentes en las setas son extremadamente peligrosas y no desaparecen al cocinarse, ni siquiera con tratamientos térmicos prolongados. Un ejemplo es la Amanita phalloides, cuya toxicidad no disminuye con la cocción.
Si ennegrecen la plata, son tóxicas: Falso. El ennegrecimiento de la plata al cocinar setas se debe a compuestos azufrados y no a la presencia de toxinas. Por ejemplo, el rebozuelo (Cantharellus cibarius) es comestible y ennegrece la plata, mientras que la mortal Amanita phalloides no lo hace.
Las setas que crecen sobre la madera son comestibles: Falso. Aunque algunas setas que crecen en madera son seguras, especies como Galerina marginata, que crece sobre troncos, pueden ser mortales.
El cambio de color al manipularlas indica toxicidad: Falso. Algunas setas comestibles, como el níscalo (Lactarius deliciosus), cambian de color al ser tocadas o cortadas, mientras que la Amanita phalloides, altamente tóxica, no presenta este cambio.
Si los animales consumen una seta, es segura para el ser humano: Falso. Los caracoles y otros animales pueden consumir setas tóxicas sin sufrir daños, pero esto no significa que sean seguras para los humanos.
El buen olor o sabor garantiza que una seta es comestible: Falso. La Amanita phalloides, mortal para los humanos, tiene un sabor agradable.
Las setas con anillo y volva son siempre tóxicas: Falso. Aunque muchas setas tóxicas presentan estas características, hay excepciones como la Amanita caesarea, apreciada por su sabor.
Las setas que crecen en prados soleados son comestibles: Falso. Algunas especies tóxicas, como las del género Clitocybe, pueden encontrarse en estos ambientes.
El Ministerio de Consumo recalca que la única forma segura de identificar setas comestibles es mediante el análisis detallado de sus características morfológicas por un experto en micología. No confíes en creencias populares, ya que un error puede tener consecuencias fatales.