Seguir una dieta saludable reduce el riesgo de sufrir síntomas de depresión, según un estudio
El Institut de Recerca del Hospital del Mar de Barcelona lidera un trabajo que pone en valor especialmente la dieta mediterránea
Comer bien y de forma saludable puede tener un efecto protector ante la depresión, según un estudio liderado por el Institut de Recerca del Hospital del Mar. El trabajo ha hecho seguimiento de personas del Registre Gironí del Cor para evaluar el impacto de cuatro tipos de dietas saludables sobre el riesgo de sufrir síntomas o recibir un diagnóstico de depresión. El estudio ha contado con la participación de investigadores del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición y del CIBER de Enfermedades Cardiovasculares y del Institut de Salut Global de Barcelona (ISGlobal). Les dietas seguidas han sido la mediterránea, otra para prevenir la hipertensión, una tercera vegetariana y una última recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Todas estas dietas coinciden en determinados grupos de alimentos, como fruta, verdura y legumbres y la limitación de la ingesta de carne roja y procesada, pero hay diferencias en relación con el peso del pescado, de los lácteos, o del azúcar en sus recomendaciones de ingesta de alimentos.
Se han tenido en cuenta más de 3.000 personas, sobre las que se disponía de información sobre su dieta y se les hizo seguimiento durante seis años, Al final del periodo, se los sometió a un cuestionario para determinar si presentaban síntomas de depresión. Un 6% (184) tenían y menos del 2% sufrían depresión severa.
Les datos del estudio demuestran que una mejor adherencia a cualquiera de las dietas analizadas es un factor protector ante la depresión. La dieta mediterránea es la que obtiene mejores registros. Así, incrementar la adherencia a la dieta mediterránea reduce en un 16% el riesgo de sufrir síntomas de depresión. Los investigadores apuntan que es el equivalente de pasar de no cumplir una de las recomendaciones de la dieta a incorporarla. Este es un factor independiente de otros como el estilo de vida, el peso corporal, la salud o el nivel sociodemográfico de los participantes.
Por otra parte, un segundo análisis de los datos con cerca de 5.000 personas, del Programa de analítica de datos para la investigación y la innovación en salud (PADRIS) de la Agencia de Calidad y Evaluación Sanitarias de Catalunya (AQuAS), permitió asociar directamente dieta y diagnóstico de depresión, identificando un 5,45% de nuevos casos en un seguimiento de doce años. En este caso, el riesgo era un 19% más bajo si se tenía en cuenta la dieta saludable propuesta por la OMS.
La investigadora del Hospital del Mar y médico residente de la Unidad Docente de Medicina Preventiva y Salud Pública del centro, Gabriela Lugon, ha afirmado que modificar la dieta no acabará con la depresión pero ha añadido que "puede tener un papel importante y ser un factor de intervención, de forma conjunta con otros".
Con estos resultados, las autoras del trabajo piden a los profesionales de la salud mental que tengan en cuenta este factor a la hora de abordar la situación de las personas con un diagnóstico de depresión. En concreto, apuntan a la necesidad de políticas públicas que faciliten el acceso a una alimentación saludable y equilibrada al conjunto de la población. A la vez, piden que no se atribuya el hecho de sufrir un trastorno mental al comportamiento del paciente para evitar estigmatizarlo.