Cuándo se realizará el último cambio de hora en España
En 2022, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó las fechas de los próximos cambios de hora
El cambio de horario en España en 2024 se realizará durante la madrugada del sábado 26 al domingo 27 de octubre, un evento que coincide con el último domingo del mes y sigue la tradición anual de modificar los relojes en primavera y otoño. A las 3:00 a.m., los relojes se retrasarán una hora, volviendo a marcar las 2:00, un ajuste que también se realiza en las Islas Canarias, pero a las 2:00 a.m., cuando volverá a ser la 1:00.
Este horario de invierno estará vigente hasta el 30 de marzo de 2025, cuando se restablecerá el horario de verano. De esta manera, se garantiza una hora más de luz en la mañana y una hora menos de luz en la tarde durante los meses fríos.
Este cambio de horario, implementado en todos los países de la Unión Europea, tiene como objetivo principal el ahorro de energía. No obstante, su efectividad y relevancia han sido cuestionadas en las últimas décadas. A nivel energético, el ahorro ha disminuido significativamente, pues el uso de tecnología de iluminación eficiente y el aumento de los dispositivos electrónicos en los hogares han reducido el impacto que esta medida solía tener. En 2016, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) de España estimó que el cambio de hora ahorraba un 0,5% del consumo eléctrico anual, equivalente a unos 300 millones de kWh. Sin embargo, esta cifra solo representa una fracción del consumo total de energía del país, suficiente para abastecer a aproximadamente 100.000 hogares.
A pesar del ahorro energético que se pretende conseguir, la práctica ha generado un amplio debate sobre sus efectos en la salud. Diversos estudios sugieren que el cambio horario puede alterar el ritmo biológico de las personas, causando efectos secundarios como insomnio, fatiga, irritabilidad, dolores de cabeza y desajustes en el estado de ánimo. Los expertos en salud señalan que, aunque muchas personas se adaptan rápidamente, hay grupos vulnerables, como niños y personas mayores, que pueden sufrir más debido a estos cambios.
En 2019, la Comisión Europea propuso eliminar el cambio de horario de manera permanente y permitir que cada país decidiera si deseaba adoptar el horario de verano o el de invierno durante todo el año. Aunque esta propuesta generó expectativas de un cambio inminente, su implementación se ha retrasado debido a la pandemia de COVID-19 y las recientes tensiones políticas y económicas en Europa, como la guerra en Ucrania. Actualmente, el debate continúa y los países miembros no han logrado un consenso sobre el mejor enfoque para manejar esta práctica. En España, el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicó en 2022 las fechas de los próximos cambios de hora hasta el año 2026, cumpliendo con el Artículo 5 del Real Decreto 236/2002, el cual regula esta práctica desde hace dos décadas.
El último cambio de hora previsto por el BOE está programado para el 25 de octubre de 2026, y algunos interpretan esta fecha como un posible indicio de que la práctica podría llegar a su fin en los próximos años. No obstante, hasta la fecha, no se ha tomado ninguna decisión oficial en ese sentido. Por ahora, las próximas fechas programadas para el cambio de horario en España son las siguientes:
- Domingo, 27 de octubre de 2024
- Domingo, 30 de marzo de 2025
- Domingo, 26 de octubre de 2025
- Domingo, 29 de marzo de 2026
- Domingo, 25 de octubre de 2026
La persistencia de esta práctica en Europa sigue siendo objeto de debate. La Unión Europea aún no ha alcanzado un acuerdo unificado sobre el horario que cada país debería mantener. Mientras algunos sostienen que el horario de verano beneficia al comercio y al turismo, otros argumentan que el horario de invierno se ajusta mejor al ritmo natural y a las horas de luz en invierno, especialmente en países del norte de Europa.
En conclusión, el cambio de horario en España y en la Unión Europea en general refleja una medida que se encuentra en medio de un proceso de reevaluación, considerando tanto el ahorro energético limitado que proporciona como sus efectos en la salud de la población. La posibilidad de un cambio definitivo está en el aire, y el futuro de esta práctica dependerá de los acuerdos a los que lleguen los países europeos en los próximos años.