LLEIDA
Por cada persona que se quita la vida se estima que al menos 6 personas, entre familiares y amigos, quedan afectados para siempre
Los supervivientes de este tipo de muerte reclaman a la administración un protocolo de acompañamiento específico. En una jornada organizada por Orum Center en la UdL
Por cada persona que se quita la vida se estima que al menos 6 personas, entre familiares y amigos, quedan afectados para siempre. Son supervivientes que tratan de entender las razones de una pérdida inesperada y desgarradora preguntándose una y otra vez: ¿Por qué? Para darles voz e intentar mejorar las estrategias de atención psicológica, el equipo de Orum Center organizó ayer en la facultad de Educación, Psicología y Trabajo Social de la Universitat de Lleida la jornada Suïcidi. El dia després, en la que personas que han vivido de cerca una muerte por suicidio compartieron su testimonio y reclamaron a la administración pública un protocolo de acompañamiento emocional específico. “Queremos escuchar a las personas supervivientes para así intentar mejorar el acompañamiento psicológico. Porque en el momento del suicidio, lo que se conoce como ‘momento caliente’, todos los dispositivos de atención se ponen en marcha en tromba, pero ¿después qué? ¿cuál es el protocolo que interviene? El primer paso para que los psicólogos, trabajadores sociales y todos los demás profesionales podamos acompañarlos adecuadamente es conocer su realidad y sus necesidades”, explicó ayer el psicólogo de Orum Center Xavier Amat, mientras apuntó que en los últimos años han aumentado las atenciones a personas afectadas por una muerte por suicidio. La jornada comenzó con una conferencia del coronel Pedro Baños, quien compartió su visión sobre las técnicas que utiliza el poder para controlar las emociones. También participaron la doctora Montse Esquerda y el psicopedagogo Carles Alastuey, portavoz de la asociación Després del Suïcidi. Este último reivindicó la necesidad de romper el estigma que rodea a esta pérdida y subrayó también el riesgo para la salud que implica para los supervivientes, que tienen más probabilidad de desarrollar enfermedades crónicas y adicciones, así como un mayor riesgo de muerte por suicidio. El congreso finalizó con una mesa redonda en la que participaron Remei Capitan, experta en duelo y creadora de Agraïments.cat; y los supervivientes de suicidio Neus Rius, Manel Roger y Yolanda Castells.
«Solo pido respeto y que no se nos juzgue»
“Mi marido se quitó la vida en junio de 2021. En el momento en el que ocurre vienen a casa muchos psicólogos y demás profesionales sanitarios, pero tú estás en un shock emocional en el que te molesta todo el mundo y no entiendes nada. Estaba enfadada, triste y también confundida mientras intentaba hacer piña con mis dos hijos. Tanto a ellos como a mí nos pusieron como preferentes para recibir atención psicológica pero no nos llamaron hasta 5 meses después. Por suerte yo conocía a Remei Capitan y nos ayudó en este camino tan largo y tan duro. Por primera vez hablo de este tema en público porque mañana (hoy) sería el cumpleaños de Jordi y creo que necesita un homenaje en forma de respeto. Tiene que ser muy duro mirar a tus hijos y a tu mujer y saber que será la última vez que los verás y morir solo, con las emociones desechas. Solo pido respeto para ellos y para nosotros, los supervivientes, para que no se nos juzgue.”
«Sentí que no tenía otra salida»
“Intenté suicidarme cuando tenía 22 años porque no veía otra salida. Cuando llegué a ese punto me sentía apartado, me cerré en mí mismo, no sabía cómo pedir ayuda y pensaba no le importaba a nadie. Me alegra que ahora las cosas estén cambiando y los problemas de salud mental se empiecen a normalizar.”