El escenario meteorológico para 2050: “Habrá más sequía y lluvias torrenciales”
Según un estudio de la UPC planteado para España, con una temperatura 1,4 grados superior de media y precipitaciones extremas más frecuentes
El clima en España será en 2050 más cálido y seco con un temperatura 1,4 grados superior de media y habrá una reducción global de las lluvia que comportarán una mayor sequía. No obstante, al mismo tiempo se producirán episodios de lluvias torrenciales de una manera más frecuente que en la actualidad. Así lo vaticina el estudio Spain: towards a drier and warmer climate, presentado recientemente en el Congreso Internacional de Meteorología de la European Meteorological Society y elaborado por los profesores de la Universitat Politécnica de Catalunya (UPC) Josep Roca Cladera y Blanca Arellano, y la doctoranda Zheng Qianhui.
Roca apunta que en el caso de la ciudad de Lleida y de la comarca del Segrià, la tendencia es que el clima pase a ser estepario, más seco y cálido, situación que repercutirá en la agricultura y el medio ambiente. El investigador incide en que el análisis de la evolución entre los 1971 y 2022 de las temperaturas mínimas y máximas, días de verano con noches tropicales, entre otros indicadores, les ha permitido estimar que en 2050 “el clima cambiará de forma muy acusada, de mediterráneo a estepario cálido y los periodos de sequía se acentuarán y también los de lluvias torrenciales”.
Asimismo, señala que “DANA con precipitaciones torrenciales no son tan extrañas, pero el problema es que se dan cada vez con más frecuencia” y auguró que “lluvias parecidas a estas las podríamos tener cada tres años”, aunque confía en que no tan mortíferas. Destaca que, en términos generales, las lluvias provocan menos víctimas que las olas de calor, “que son las verdaderas asesinas, ya que provocan miles de muertos”, pero remarca que las precipitaciones torrenciales “son muy concentradas y el terreno está cada vez más pavimentado, se cambian los cursos de los torrentes o se hacen infraestructuras que los taponan y eso provoca la mortalidad”. “El problema es que no sabemos protegernos bien de las precipitaciones, no se piensa que se puede morir por ello. Del calor, la gente si que se sabe proteger más”, sentencia.