Ibtissam, estudiante de catalán de Marruecos: «es como empezar una nueva vida»
Mientras Barcelona lidia con largas listas de espera, el Consorci per a la Normalització Lingüística en Lleida atiende la creciente demanda sin problemas
El Consorci per a la Normalització Lingüística (CPNL) en las comarcas de Lleida ha experimentado un notable crecimiento en el número de inscritos a los cursos de catalán en los últimos diez años. De los poco más de 2.200 alumnos matriculados en 2015, se pasó a casi 4.000 el año pasado, una tendencia al alza que se mantiene en el inicio de este nuevo curso académico.
El primer trimestre arrancó en septiembre con más de 1.400 inscritos, cifra que, de mantenerse en las próximas ventanas de matrícula de enero y abril, superaría los 4.200 alumnos al final del curso 2024-2025. Balbina Escolà, directora del CPNL de Lleida, se muestra satisfecha tras superar la caída experimentada durante los años más duros de la pandemia.
La pandemia y la recuperación
Hasta 2019, el CPNL en las comarcas de Lleida contaba con una media anual de unos 2.200 alumnos. Sin embargo, la covid-19 en 2020 provocó una caída de matriculaciones, especialmente en la actividad presencial, lo que llevó a un incremento de los cursos online. A partir de 2022, las inscripciones presenciales dieron un salto hasta las cifras actuales, que en la práctica significan un lleno en los cursos programados, sobre todo en los niveles inicial, básico y elemental.
Diferencias con Barcelona
A diferencia de lo ocurrido en Barcelona, donde el Sindicat de Manters denunció la dificultad para inscribirse en las clases de catalán del Consorci, en Lleida no se han experimentado problemas similares. Desde el CPNL confirman que también se abrió una ventana de dos días, el 16 y 17 de septiembre, para las matrículas presenciales, pero con eso fue suficiente para cubrir las 605 plazas disponibles por trimestre.
Además, al tratarse de cursos trimestrales, si alguien no logra inscribirse para las clases de octubre a diciembre, puede hacerlo en enero, lo que se traduce en una espera de solo tres meses. En contraste, en Barcelona y otras ciudades como Manresa, Tortosa, Igualada, Vic, Figueres, Terrassa, Sabadell y Girona, más de 9.000 personas han quedado en lista de espera a lo largo de 2024.
Testimonios de estudiantes
La joven de Nador Ibtissam Hamzaoui llegó hace dos años y medio a Bell-lloc d’Urgell y tardó poco en querer aprender catalán. A la que pudo se inscribió en un curso presencial de nivel A2, que hizo en Mollerussa, y actualmente recibe clases de B2 en el mismo Bell-lloc, los martes y jueves al atardecer.
“Nadie de mi familia hablaba el catalán ni conocíamos nada de la zona. Pero no dudé en querer aprender esta lengua. Pienso que es una mezcla del castellano, del que tenía nociones básicas, y el francés, que ya hablaba en Marruecos. Esto me ha ayudado a aprenderlo más rápido. A parte, me gusta. Para mí, ha sido más fácil escribirlo que hablarlo. Pero ahora ya siempre hablo catalán: lo utilizo para ir al supermercado o hablar con vecinos. Mis hermanos pequeños también lo aprenden en el colegio y mi padre también ha empezado con un curso inicial. Practicarlo cada día hace que cada vez sea más fácil, porque los principios siempre son difíciles. Hablar catalán es casi como empezar una nueva vida”.
Esta joven de 20 años cursa también estudios informáticos en el Aula d’Adults de Mollerussa. “Hablar catalán me permite formarme porque el objetivo es poder ir a la universidad. Cuando empiezas a aprender y formarte, ya no puedes parar”, remarca. En el Pla d’Urgell, los cursos de catalán están coordinados por el Servei de Català del consell comarcal. “No tuve problemas para inscribirme en todos los cursos en los que he participado. Los descubrí a través de las redes sociales y también el ayuntamiento me facilitó la tramitación para que pudiera acceder a ellos. Cuando termine este curso, seguiré con otros niveles y poder hacerlo aquí en el pueblo está muy bien, porque no tienes necesidad de desplazarte para aprender”, explica satisfecha.
Contexto y perspectivas
El conseller de Política Lingüística, Francesc Xavier Vila, admitió la disfunción existente entre la demanda y la oferta de cursos de catalán, especialmente en Barcelona, y aseguró que se está trabajando en un "relanzamiento" del Consorci para "no dejar a nadie fuera".
Mientras tanto, en las comarcas de Lleida, la realidad es distinta. La demanda está equilibrada con la oferta de cursos, lo que permite atender a todos los interesados en aprender la lengua catalana. Esta situación favorable contribuye a la normalización lingüística y a la integración de los nuevos habitantes en la sociedad leridana.
El Consorci per a la Normalització Lingüística en las comarcas de Lleida ha duplicado el número de inscritos en los cursos de catalán desde 2015, pasando de 2.200 a casi 4.000 alumnos. A diferencia de Barcelona, donde existen largas listas de espera, en Lleida se logra atender la demanda sin problemas. La pandemia supuso un reto, pero la recuperación ha sido notable. Testimonios de estudiantes como Ibtissam Hamzaoui reflejan la importancia del aprendizaje del catalán para la integración y el desarrollo personal.