Catalunya ya tiene en funcionamiento los nuevos radares en remolque o carros radar
Los nuevos equipos ofrecen mayor autonomía, movilidad y precisión en la detección de infracciones de velocidad en las carreteras catalanas
El Servei Català de Trànsit (SCT) ha puesto en funcionamiento una nueva generación de radares móviles conocidos como "radares remolcables" o "carros radar" con el objetivo de reducir la siniestralidad vial en Catalunya. Estos nuevos equipos destacan por su mayor autonomía, movilidad y capacidad de detección de infracciones de velocidad.
A diferencia de los radares fijos tradicionales, los nuevos radares remolcables se pueden desplazar e instalar en cualquier punto de la red vial sin necesidad de conexión eléctrica. Además, pueden permanecer operativos durante varios días y gestionan de manera inmediata los expedientes sancionadores sin requerir la presencia de un agente. Inicialmente, dos de estos equipos se han colocado en la C-31 (Bellvitge) y en la AP-7 (Santa Perpètua de Mogoda), puntos que registran una elevada accidentalidad.
Los nuevos radares utilizan tecnología láser para realizar un seguimiento dinámico de los vehículos y determinar con precisión su velocidad, incluso en varios carriles simultáneamente. La conexión en internet de los equipos permite una gestión ágil de los expedientes sancionadores.
Objetivo: Frenar la dispersión de la accidentalidad
Con la incorporación de estos nuevos radares móviles, el SCT busca ampliar el control del exceso de velocidad a un mayor número de vías y cubrir así más territorio, ya que los accidentes no se concentran únicamente en unas pocas carreteras. La ubicación de los equipos se determinará en base a un estudio que ha analizado los puntos con mayor siniestralidad.
Resistentes al vandalismo y visibles para los conductores
Los nuevos radares remolcables cuentan con una carcasa resistente a posibles actos vandálicos y se situarán al margen de la carretera, siendo visibles para los conductores. Según datos de Tráfico, en aquellos puntos donde se han instalado cinemómetros, la siniestralidad se ha reducido entre un 65% y un 80%.