Esta es la carretera más peligrosa de España para conducir de noche y está en Tarragona
Acumula 18 muertos entre los años 2013 y 2022
En la última década, España ha sido testigo de más de 276.000 accidentes nocturnos, dejando un saldo preocupante de más de 6.500 personas fallecidas, lo que representa un incremento del 24,5% entre los años 2013 y 2023. Factores como la somnolencia, los deslumbramientos, la "hipnosis de la carretera" y las imprudencias han convertido la conducción nocturna en un verdadero desafío para muchos automovilistas en el país.
Un reciente estudio ha identificado los lugares más peligrosos para conducir de noche en España. La carretera que encabeza este fatídico ranking es la AP-7 a su paso por Tarragona, entre los kilómetros 328 y 345, donde se han producido 18 muertos y 23 heridos graves. La clasificación la completan otros tramos como la N-340 en Castellón, la A-7 en Málaga, la B-10 en Barcelona y la M-50 en Madrid, todos ellos con un saldo de 11 a 13 víctimas mortales.
Riesgos de la conducción nocturna
Durante la conducción nocturna, el campo de visión se reduce un 20%, afectando a capacidades cruciales como la percepción de la velocidad, la identificación de las señales y la visión periférica y de profundidad. Además, los deslumbramientos pueden provocar una pérdida de control del vehículo durante decenas de metros, mientras que la somnolencia y la "hipnosis de la carretera" aumentan el riesgo de accidentes graves.
Aunque los accidentes nocturnos representan un tercio del total de fallecidos en siniestros viales, su letalidad es un 55% mayor que la de los accidentes diurnos. Proporcionalmente, registran un 1,7% de muertos sobre el total de víctimas, frente al 1,1% de los diurnos. Además, presentan un 10,5% más de heridos graves (7,4% frente al 6,7%).
Perfil del accidente nocturno
Según el estudio, la víctima más habitual en este tipo de accidentes es un hombre (75%) de unos 38 años de media y con casi 20 años de experiencia al volante. El vehículo más frecuente suele ser un turismo (78%) y los siniestros ocurren mayoritariamente en zona urbana, aunque los accidentes interurbanos son más letales debido a factores como la velocidad.
Temporalmente, los accidentes nocturnos se concentran al inicio de la noche (54%) y al final de la madrugada (22%), siendo proporcionalmente más letales entre las 3 y las 5 de la madrugada. Los viernes y sábados son los días más críticos (16% cada uno), mientras que noviembre y diciembre destacan como los meses con mayor frecuencia accidental (14% cada uno).
Tipos de accidentes y víctimas
Los accidentes más comunes son la colisión frontolateral (20%), por embestida (17%) y el atropello (12%), mientras que los más graves son los despeñamientos, los choques frontales y los atropellos. Por tipo de ocupantes, las víctimas más habituales son los conductores, seguidos de los pasajeros y los peatones, aunque la letalidad varía significativamente entre ellos.
En el caso de los peatones, la letalidad alcanza el 4,2% de las víctimas en accidentes nocturnos, frente al 1,6% de los conductores y el 1% de los pasajeros. Esta tendencia se extiende a los heridos graves, donde la proporción de peatones hospitalizados llega al 15%, por el 7% de los conductores y el 5% de los pasajeros.
El estudio pone de manifiesto la necesidad de extremar la precaución al volante durante las horas nocturnas, especialmente en los tramos identificados como los más peligrosos. Factores como la reducción de la visibilidad, la fatiga y las distracciones contribuyen a aumentar el riesgo de accidentes graves y mortales.
Es fundamental concienciar a los conductores sobre la importancia de adoptar medidas preventivas, como descansar adecuadamente antes de emprender un viaje nocturno, mantener una velocidad prudente, evitar distracciones al volante y extremar la atención en las zonas de mayor siniestralidad. Solo con la colaboración de todos podremos reducir estas cifras y hacer de nuestras carreteras un entorno más seguro, tanto de día como de noche.