Estas son las comarcas de Lleida con la tasa de mortalidad más alta
Alguna de ellas, por encima incluso de la pandemia de la covid
La tasa de mortalidad en la provincia de Lleida se ha reducido a los niveles más bajos de los últimos 40 años, situándose en 9,39 fallecidos por cada 1.000 habitantes al cierre de 2023, según datos del Institut d'Estadística de Catalunya (Idescat). Esta cifra representa una disminución de 1,7 puntos respecto a 2020, año marcado por la pandemia de COVID-19, cuando el indicador alcanzó los 11,09 fallecidos por cada mil habitantes.
Entre las comarcas leridanas, Les Garrigues registra la tasa de mortalidad más elevada, con 11,72 fallecidos al año por cada 1.000 habitantes, mientras que la Cerdanya presenta el registro más bajo, con 7,14. Otras comarcas como el Pallars Jussà y la Segarra han alcanzado en 2023 sus datos más bajos de la serie histórica, con tasas de 10,52 y 7,95, respectivamente. Por su parte, la Alta Ribagorça se sitúa en 8,96, superando ligeramente la cifra de 2020, año de la pandemia de la covid.
El descenso global de la tasa de mortalidad en Lleida se atribuye principalmente a la reducción de fallecimientos por enfermedades infecciosas, categoría en la que se incluye la COVID-19. Durante la pandemia, este epígrafe llegó a multiplicarse por diez, pasando de menos de 90 casos en las cuatro décadas anteriores a 873 en 2020. Aunque se mantuvo elevado en los dos años siguientes, con 568 y 518 fallecidos en 2021 y 2022, se espera que la disminución de este tipo de patologías contribuya a una nueva reducción de la tasa de mortalidad al cierre de 2024.
Principales causas de fallecimiento en Lleida
Según los registros del Instituto Nacional de Estadística (INE), las enfermedades circulatorias y los tumores son las dos causas más frecuentes de muerte en la demarcación leridana, provocando cada una más de mil fallecimientos al año. En 2022, se registraron 1.119 muertes por patologías circulatorias y 1.059 por tumores, aunque se observa una tendencia de cambio, ya que la prevalencia de las primeras ha disminuido en más de 20 puntos en las últimas cuatro décadas, mientras que los tumores se mantienen en volúmenes similares.
Dejando al margen el impacto de las enfermedades infecciosas durante la pandemia, el tercer grupo de dolencias más mortíferas son las respiratorias, que causan alrededor de 450 fallecimientos anuales. Asimismo, llama la atención el aumento de las muertes por patologías del sistema nervioso, que casi se han duplicado en cuatro décadas, pasando de 143 a 237 casos al año, debido en parte al envejecimiento de la población.