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Nueva normativa en los comedores escolares: solo se beberá agua

El real decreto en preparación también garantizará el consumo diario de frutas y verduras frescas para combatir la obesidad infantil

Bandejas en un comedor escolar.

Bandejas en un comedor escolar.María José López / Europa Press

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El Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030 ha anunciado que el Gobierno está trabajando en una normativa para regular los comedores escolares con el objetivo de atajar la obesidad infantil, un problema que afecta especialmente a los menores de familias con rentas más bajas. Entre las medidas contempladas, destaca la prohibición del consumo de bebidas azucaradas durante las comidas en los centros educativos, en las que sólo se servirá agua.

El ministro Pablo Bustinduy ha señalado estas medidas durante la presentación del estudio Aladino 2023 sobre la Alimentación, Actividad física, Desarrollo Infantil y Obesidad. Además de la restricción de bebidas azucaradas, el real decreto garantizará el consumo diario de frutas y verduras frescas para todos los niños y niñas. Este estudio, realizado a partir de una muestra de 12.678 escolares de entre 6 y 9 años de 296 colegios de toda España, ha constatado que el exceso de peso en este grupo de edad ha disminuido un 4,5% en los últimos cuatro años, la mayor caída registrada en la serie histórica.

A pesar de esta mejora, el problema de la obesidad infantil sigue siendo preocupante, ya que más de un tercio de los alumnos y alumnas (36,1%) continúa teniendo un exceso de peso, con un 20,2% de sobrepeso y un 15,9% de obesidad. El Gobierno espera que las medidas contempladas en el nuevo real decreto contribuyan a seguir reduciendo estas cifras y a promover hábitos alimenticios saludables desde la infancia.

Baja la obesidad infantil, menos en las rentas bajas

Pero esta mejoría no se ha percibido en las familias con rentas más bajas, con indicadores relativamente constantes desde 2011. La prevalencia del exceso de peso en menores de familias con ingresos inferiores a los 18.000 euros llega al 48 %, es decir prácticamente uno de cada dos, frente al 29 % que se registra en las que ingresan más de 30.000, 19 puntos de diferencia. "Esto es inadmisible y es una realidad que exige acción por parte de los poderes públicos -ha comentado el ministro-. Todos los menores, independientemente de los recursos de los que disponga su familia, del barrio o del código postal en el que nazcan o en el que vivan, tienen el mismo derecho a una alimentación saludable y de calidad".

Los menores que pertenecen a familias de rentas más bajas tienen más problemas de exceso de peso porque consumen más bebidas azucaradas y menos frutas y verduras a diario. Y por eso, la futura norma pretende fijar las condiciones mínimas para asegurar que al menos cinco comidas a la semana respeten los criterios recomendados por la Organización Mundial de la Salud, y que los escolares, especialmente aquellos de hogares con menores rentas, tienen acceso a esa alimentación.

La idea es garantizar que todos los comedores escolares, independientemente de su titularidad, ofrezcan carne y pescado de calidad y aumenten la cantidad de legumbres y cereales en sus menús. También, que se establezcan mecanismos para asegurar circuitos cortos de producción y alimentos de cercanía para acceder así a productos más sostenibles, de calidad y que fomenten las economías locales. ¿Y cómo se garantizará que se cumplen estos estándares". "Estamos legislando, regulando la actividad, y todos los actores deberán respetar el contenido de esta regulación. En el caso de que haya incumplimientos existen los mecanismos, tanto de inspección, control y sanción para asegurarse de que así sea", ha respondido el ministro.

Suspenso de las familias a la comida escolar

La mayoría de las familias (el 70,4 %) cree que el comedor facilita que su hijo o hija tenga una alimentación saludable, pero sólo un tercio de las familias aprueba la comida que se sirve en los centros escolares, cuando es fundamental: el 49,5 % de los alumnos hacen su comida principal de forma habitual en el comedor, y el 54 % desayuna a diario en el centro. Los ingresos en las familias condicionan la alimentación, pero también que los menores puedan adquirir determinados hábitos y acceder a actividades como el deporte.

Los que pertenecen a familias de menor renta hacen menos deporte en actividades extraescolares que quienes forman parte de otras con más renta (68,7 % frente a 88,6 %, una diferencia de 20 puntos). Además, los que son de familias con menos 'posibles' se exponen más a las pantallas: ven dos o más horas de pantallas al día, casi el doble que en las de rentas superiores a 30.000 euros (41,4 % frente al 22,8 %, respectivamente), lo que hace que también se expongan a mas anuncios sobre alimentación no saludable.

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