El elfo travieso de la Navidad entre la ilusión infantil y el estrés de los padres
Una tradición importada que se ha convertido en fenómeno cultural y económico
Hace unos años, el Elfo de la Navidad, una tradición estadounidense, comenzó a ganar popularidad en España. Este personaje mágico que hace travesuras nocturnas y sorprende a los niños por las mañanas ha superado en búsquedas al tradicional calendario de adviento, convirtiéndose en un fenómeno en 2024.
Aunque para los padres supone un desafío idear nuevas ocurrencias cada noche, muchos aseguran que lo hacen por la ilusión de los niños. Roberto Leal, presentador de televisión, confesó a S Moda que al principio fue complicado mantener la constancia, pero ahora disfruta de la experiencia y de grabar las reacciones de sus hijos: “Será un recuerdo precioso”.
En este contexto, los influencers han jugado un papel crucial para facilitar la tarea a las familias. Muchos perfiles en redes sociales se han convertido en una fuente inagotable de ideas. Desde travesuras simples hasta elaboradas, estos creadores de contenido comparten propuestas diarias que alivian el esfuerzo creativo de los padres. Padres y madres, nuevos en la tradición, consultan en redes sobre cómo empezar: de qué se trata, cómo llega y cómo se va... Además, los influencers añaden un toque humorístico al mostrar también lo que ocurre cuando los padres olvidan mover al elfo por la noche.
Sin embargo, no todo es entusiasmo y diversión. Para muchos padres, el elfo representa una carga adicional que se suma a las numerosas responsabilidades de la vida diaria, generando situaciones de estrés y agotamiento. Las redes sociales están llenas de comentarios humorísticos y quejas sobre cómo esta tradición complica aún más unas fechas ya de por sí agitadas. Mientras algunos intentan mantenerla con esfuerzo para no romper la ilusión de sus hijos, otros optan por no incluirla en sus hogares, argumentando que añade una presión innecesaria a la Navidad.
Al margen de la aceptación o rechazo que genera, el Elfo de la Navidad se ha convertido en un fenómeno cultural y económico de gran alcance. Desde su impacto en la industria juguetera, con empresas valoradas en millones de dólares, hasta su presencia en redes sociales, publicidad, moda y plataformas audiovisuales. Su popularidad parece imparable, consolidándose como un símbolo moderno de la temporada navideña, que divide opiniones pero no deja indiferente a nadie.