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La temperatura ideal para no arruinarnos con la calefacción este invierno

Expertos de la Universidad Europea advierten que por cada grado que subimos el termostato, el consumo de energía aumenta entre un 5 y un 10%

Un termostato a 22 grados.

Un termostato a 22 grados.Unsplash

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Con la llegada de las bajas temperaturas, el uso de la calefacción se convierte en una necesidad ineludible para garantizar el confort en los hogares españoles. Sin embargo, en un contexto de alta volatilidad en los precios de la electricidad y el gas debido a factores geopolíticos, mantener una temperatura agradable sin que el presupuesto familiar se vea seriamente comprometido supone todo un desafío para muchas familias en España.

Según Roberto Gómez-Calvet, experto en suministro energético y profesor de la Universidad Europea de Valencia, "el coste de la energía llegó a duplicarse a raíz del conflicto bélico en Ucrania y ahora también debemos estar muy pendientes de la situación en Oriente Medio. Estos factores, sumados a la emergencia climática, configuran un escenario donde la responsabilidad de los consumidores juega un papel crucial".

Conscientes de esta realidad, los especialistas recomiendan mantener la vivienda entre los 21 y 23 grados durante el día y entre 15 y 17 grados por la noche. Hay que tener presente que cada grado extra en el termostato se traduce en un incremento del 5 al 10% en el consumo energético. Adoptar medidas de eficiencia energética no sólo resulta imprescindible para ahorrar en la factura de luz y gas, sino que constituye una responsabilidad compartida para mitigar el impacto ambiental.

Consejos prácticos para calentar el hogar de forma eficiente

Con el objetivo de ayudar a las familias españolas a climatizar sus viviendas este invierno sin que el presupuesto se resienta más de lo estrictamente necesario, el profesor Gómez-Calvet ha elaborado una lista con 9 recomendaciones prácticas:

1. Aislamiento térmico: Revisar ventanas y puertas para evitar filtraciones o corrientes de aire frío, asegurando un buen aislamiento. Recordemos que la mejor energía es aquella que no hace falta consumir.

2. Sistemas de calefacción eficientes: En la medida de lo posible, optar por equipos con bomba de calor, que proporcionan más calor por kWh consumido, descartando radiadores eléctricos convencionales.

3. Termostatos inteligentes: Instalar termostatos programables o inteligentes para controlar la temperatura de manera eficiente, evitando situaciones de climatización innecesarias o fuera del rango deseable.

4. Ventilación adecuada: Ventilar las habitaciones durante el tiempo justo para renovar el aire sin perder demasiado calor. Aprovechar el calor del sol abriendo cortinas y persianas durante el día, y cerrarlas por la noche para mantener el calor interior.

5. Mantenimiento de sistemas: Realizar un mantenimiento regular de los sistemas de calefacción, limpiando filtros y revisando su correcto funcionamiento, para asegurar su eficiencia.

6. Uso eficiente de electrodomésticos: Utilizar electrodomésticos de bajo consumo y desenchufar aquellos que no se estén usando. Los enchufes inteligentes y temporizadores pueden ayudar a gestionar mejor el consumo.

7. Ropa adecuada: Vestir ropa abrigada dentro de casa para reducir la necesidad de calefacción. Utilizar mantas y ropa térmica para mantenerse caliente.

8. Cerrar habitaciones no utilizadas: Mantener cerradas las puertas de las estancias que no se estén usando para concentrar el calor en las que sí están habitadas. Si es posible, cerrar también los radiadores de las habitaciones no utilizadas.

9. Uso de alfombras: Colocar alfombras en el suelo para reducir la sensación de frío y mejorar el aislamiento térmico.

Según datos del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), la calefacción representa alrededor del 47% del consumo energético total de los hogares españoles. Este porcentaje puede incluso superar el 50% durante los meses más fríos del año.

Además, un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) revela que el 72% de las familias en España expresa su preocupación por el impacto de los costes energéticos en su economía doméstica, especialmente en el actual contexto de incertidumbre en los mercados internacionales.

En definitiva, la combinación de estas estrategias y una adecuada planificación permiten gestionar de manera más eficiente el consumo energético y aliviar el impacto de la calefacción en las finanzas familiares durante la temporada invernal. Pequeños cambios en nuestros hábitos y la adopción de medidas de eficiencia energética no sólo contribuyen a un importante ahorro económico, sino que también suponen un ejercicio de responsabilidad compartida para reducir nuestra huella ambiental.

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