El riesgo de tener depresión: ¿cómo influyen los genes?

Según datos de la Encuesta Europea de Salud de 2020, se estima que un 5,4% de la población de España padece algún tipo de cuadro depresivo. La depresión es un trastorno mental común que implica un estado de ánimo deprimido o la pérdida de interés por actividades durante largos períodos de tiempo, tal como lo define la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El papel de la genética en la depresión

Aunque la genética quizás no tiene un peso tan determinante en la depresión como en otros trastornos mentales, como el trastorno bipolar o la esquizofrenia, sí juega un papel importante. Estudios familiares indican que si se tiene un familiar de primer grado afectado, el riesgo de padecer depresión se incrementa hasta tres veces, según destaca Bárbara Arias, investigadora del CIBERSAM.

Eduard Vieta, jefe del servicio de Psiquiatría y Psicología del Hospital Clínic, señala que en la depresión, al ser un concepto amplio que abarca diversas formas, hay un abanico de entre el 30% y el 50% donde los factores genéticos pueden tener más peso que los ambientales, dependiendo del tipo de depresión.

Avances en la investigación genética de la depresión

Un estudio publicado en 2022 en la revista Nature Genetics, que contó con casi un millón de sujetos, identificó unos 350 genes relacionados con la depresión. Algunos de estos genes se conoce su conexión con el trastorno, como aquellos implicados en la regulación de la producción de neurotransmisores cerebrales, mientras que de otros aún se desconoce su relación exacta.

Arias remarca que en los trastornos mentales todavía no hay biomarcadores concretos, es decir, genes específicos que determinen que una persona vaya a padecer depresión mayor. Sin embargo, se está trabajando intensamente en ello y los estudios son cada vez más potentes.

La interacción entre genética y ambiente

La heterogeneidad de la depresión complica aún más el estudio de sus causas, ya que los factores ambientales, como el maltrato durante la infancia, el acoso escolar, la pérdida del trabajo o un divorcio, juegan un papel muy relevante. Estos "disparadores ambientales" interactúan con la base genética de cada individuo.

Arias explica que si una persona tiene una predisposición genética, el impacto de estos factores ambientales va a tener un efecto más importante e incrementará el riesgo de sufrir una depresión. No obstante, Vieta recalca que la genética no es determinista ni inmodificable.

Prevención y estilo de vida saludable

Para prevenir la depresión, los expertos destacan la importancia de mantener un estilo de vida saludable. Dormir bien, evitando consultar pantallas antes de acostarse y separando los factores estresantes de las horas de relajación, es fundamental. Además, es necesario aprender a poner límites entre el trabajo y las obligaciones y la esfera personal y familiar.

Vieta considera que estos aspectos deberían enseñarse más en las escuelas y en los ámbitos de la salud, ya que la salud mental también requiere ser cultivada y protegida. La prevención y el cuidado del bienestar emocional son claves para hacer frente a la depresión.

La depresión es un trastorno mental común que afecta a un porcentaje significativo de la población española. Aunque los factores ambientales y psicológicos juegan un papel importante en su desarrollo, la genética también tiene un peso considerable, especialmente en ciertos tipos de depresión.

Los avances en la investigación genética están permitiendo identificar genes relacionados con este trastorno, aunque aún queda mucho por descubrir. La interacción entre la predisposición genética y los eventos vitales estresantes es clave para entender el riesgo de padecer depresión.

Mantener un estilo de vida saludable, cuidando el sueño, separando el estrés de los momentos de relajación y poniendo límites entre la vida laboral y personal, son medidas preventivas fundamentales. La salud mental requiere atención y cuidado, y su protección debería ser una prioridad tanto a nivel individual como social.

La depresión es un trastorno del estado de ánimo que causa una sensación persistente de tristeza y pérdida de interés. Afecta la manera en que una persona se siente, piensa y se comporta, y puede provocar una variedad de problemas emocionales y físicos. Los síntomas pueden variar de leves a graves e incluyen sentimientos de tristeza, ansiedad, vacío, desesperanza, culpa, irritabilidad, inquietud, pérdida de interés en actividades que antes se disfrutaban, cansancio y falta de energía, dificultad para concentrarse, recordar detalles o tomar decisiones, insomnio o dormir demasiado, cambios en el apetito o en el peso, pensamientos de muerte o suicidio, y dolores, calambres o problemas digestivos inexplicables. La depresión es un trastorno tratable y los enfoques incluyen medicamentos, psicoterapia y cambios en el estilo de vida.