Estamos en 2025. ¿Hasta cuándo podemos utilizar la expresión "en pleno siglo XXI"?
El uso de esta expresión es especialmente frecuente en contextos donde se denuncian prácticas consideradas obsoletas o contrarias a los valores actuales
La expresión "en pleno siglo XXI" se ha convertido en una herramienta retórica potente para destacar la discrepancia entre las expectativas de modernidad y ciertas realidades actuales. Esta frase, utilizada habitualmente para subrayar la contemporaneidad de un acontecimiento o situación, busca enfatizar que, en una época de supuestos avances y progreso, ciertos comportamientos o circunstancias resultan sorprendentes o inaceptables.
El uso de esta expresión es especialmente frecuente en contextos donde se denuncian prácticas consideradas obsoletas o contrarias a los valores actuales.
Con respecto a la duración de la relevancia de esta expresión, es probable que su impacto disminuya a medida que avanzamos en el siglo XXI. Actualmente, nos encontramos en el año 2025, un cuarto del camino recorrido en este siglo. A medida que nos acercamos a la mitad del siglo, expresiones como "en pleno siglo XXI" podrían perder parte de su fuerza, ya que el sentido de novedad y modernidad asociado al siglo XXI se diluirá con el paso del tiempo. Para ejemplarizarlo, sería absurdo que, el año 2085, alguien del futuro utilizara esta fórmula. Como en 1995 la frase "en pleno siglo XX" no solía escucharse mucho.
No obstante, el uso de esta expresión también está sujeto a factores culturales y sociales. En contextos donde se perciba que ciertos valores o prácticas tendrían que haber sido superados hace tiempo, la expresión podría mantener su relevancia durante más tiempo. Por ejemplo, en discusiones sobre derechos humanos o igualdad de género, es posible que se siga utilizando para enfatizar la necesidad de progresar en estos ámbitos.
Contextos donde "en pleno siglo XXI" cobra relevancia
El uso de esta expresión es especialmente frecuente en contextos donde se denuncian prácticas que se consideran obsoletas o contrarias a los valores actuales. Por ejemplo, debates sobre la libertad de expresión en la era digital, se ha señalado que, "en pleno siglo XXI", todavía existen limitaciones significativas en este ámbito. Asimismo, en discusiones sobre la situación de las mujeres en determinadas comunidades, se ha destacado que es sorprendente que, "en pleno siglo XXI", persistan prácticas que restringen su libertad.
Otros ámbitos donde esta expresión ha cobrado relevancia incluyen la lucha contra la discriminación, la defensa de los derechos humanos, la protección del medio ambiente y la promoción de la igualdad de género. En cada caso, el uso de "en pleno siglo XXI" busca resaltar la necesidad de progresar y adaptarse a los valores y expectativas de la sociedad actual.