Expertos advierten que el cerebro humano contiene el equivalente a una cuchara en nanoplásticos
Un estudio estadounidense revela que las muestras cerebrales analizadas en 2024 contienen hasta un 50% más de partículas plásticas que las tomadas en 2016
Un reciente estudio estadounidense ha revelado datos preocupantes sobre la presencia de nanoplásticos en el cerebro humano. Las muestras cerebrales analizadas en autopsias realizadas a principios de 2024 contenían una cantidad significativamente mayor de fragmentos microscópicos de plástico en comparación con las muestras recogidas ocho años antes.
Según el profesor Matthew Campen, investigador principal del estudio y catedrático de ciencias farmacéuticas en la Universidad de Nuevo México, las muestras de cerebro contenían entre 7 y 30 veces más fragmentos diminutos de plástico que los riñones y el hígado. "Las concentraciones que observamos en el tejido cerebral de individuos normales, con una edad promedio de 45 o 50 años, fueron de 4.800 microgramos por gramo, o un 0,48% en peso", explicó Campen.
Impacto en la salud cerebral
Los investigadores descubrieron que los cerebros de 12 personas diagnosticadas con demencia antes de su fallecimiento contenían entre tres y cinco veces más fragmentos de plástico que los cerebros sanos. Estos fragmentos microscópicos se concentraban principalmente en las paredes de arterias y venas cerebrales, así como en las células inmunes del cerebro.
¿Qué son los nanoplásticos?
Los nanoplásticos son fragmentos de plástico extremadamente pequeños, medidos en nanómetros (milmillonésimas de metro). Para poner esto en perspectiva, un cabello humano tiene aproximadamente 80.000 nanómetros de ancho. Estas diminutas partículas tienen la capacidad de atravesar la barrera hematoencefálica y alojarse en las células individuales.
Vías de exposición y prevención
La principal vía de exposición a los micro y nanoplásticos es la dieta, aunque también pueden inhalarse a través del aire. Los expertos recomiendan reducir el uso de plásticos, especialmente los de un solo uso, aunque reconocen que es imposible eliminarlos completamente de la vida moderna.