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El pequeño pueblo del Pirineo de Lleida que tiene un balneario de Rècord Guiness

Les aguas milenarias del Pirineo: un legado de salud y bienestar

Vista de archivo del balneario de Caldes de Boí.

Vista de archivo del Balneari de Caldes de Boí.

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Marta Planes CasesRedactora del digital

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Agua milenaria, una fuente de salud y bienestar, brota desde las cumbres del Pirineo a la Vall de Boí, convirtiendo este lugar en uno de los destinos naturales más únicos y exclusivos del mundo. El Balneari de Caldes de Boí, situado a 1.500 metros de altitud, es el custodio de agua termal que ha recorrido miles de años a través de rocas, materiales geológicos y fallas tectónicas, enriqueciéndose de minerales y propiedades beneficiosas en su largo viaje subterráneo. Situado en la comarca de la Alta Ribagorça, en el municipio de la Vall de Boí, a la derecha de la Noguera de Tor, el año 2006 tenía 3 habitantes, aunque la presencia de dos hoteles y el centro termal hace que habitualmente habiten allí más personas, aunque no de forma permanente.

La historia de las aguas de Caldes de Boí es fascinante: el agua que brota aquí es la misma que hace 16.000 años se formó en las cumbres de las montañas y es conocida por sus propiedades mineromedicinales, por lo cual ha hecho que Caldes de Boí sea un referente en terapias termales. El agua se presenta en varias formas: líquida, gaseosa y sólida, con una gran variedad de fuentes con diferentes composiciones químicas y temperaturas que van desde los hasta los 56º, y que son ricas en elementos como el sulfato, el sodio, el calcio y los minerales. Esta diversidad hace que el balneario sea un lugar único, con capacidad para tratar afecciones respiratorias, de la piel, reumatológicas e incluso terapéuticas para problemas como el acnè o la psoriasis.

Esta agua termal, que emerge de 37 fuentes, ha dado lugar al reconocimiento internacional del Balneari de Caldes de Boí, que el año 1988 consiguió un Récord Guinness Mundial por tener la mayor concentración de fuentes de aguas termales en un solo balneario. Pero, más allá de las cifras y los reconocimientos, lo que realmente hace especial a este lugar es su poder curativo y la conexión única con la naturaleza que ofrece a sus visitantes.

El origen de las termas se remonta a la época romana, cuando ya se conocían las propiedades de las aguas termales. Los romanos construyeron las primeras termas en la zona, aprovechando las fuentes que ya brotaban desde tiempos inmemoriales. Avanzando en la historia, a partir del siglo XVII, el espacio se convirtió en un lugar de descanso y terapia para los habitantes de la región, hasta que en 1887 las aguas fueron declaradas de utilidad pública por sus propiedades sanitarias.

Más allá de su valor terapéutico, el Balneari de Caldes de Boí es también un testigo de la historia de la Vall de Boí, conocida por su rico patrimonio que incluye el conjunto de iglesias románicas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, y el Parc Nacional d'Aigüestortes, que es uno de los parques naturales más importantes y emblemáticos de Cataluña, con más de 200 estanques que se van formando en el recorrido de ríos, saltos de agua y glaciares.

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