La insólita costumbre que daña millones en billetes en Portugal: "La creatividad de la gente para esconder dinero no tiene límites"
El Banco de Portugal ha repuesto 13,8 millones de euros en billetes dañados en la última década
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Una trabajadora del Área de Operaciones con Efectivo Banco de Portugal maneja un fajo de billetes de 50 euros estropeados por la humedad.
Una práctica tan antigua como desconcertante sigue vigente en pleno siglo XXI en Portugal: enterrar dinero para ocultarlo de miradas indiscretas. Lo que pocos sospechan es que este hábito está causando estragos en las arcas del país. Según revela el Banco de Portugal, en la última década la entidad ha tenido que reponer nada menos que 316.000 billetes estropeados por valor de 13,8 millones de euros, siendo la inhumación del efectivo el principal motivo de deterioro.
"La creatividad de la gente para esconder dinero no tiene límites", afirma con ironía José Luís Ferreira, coordinador del Área de Operaciones con Efectivo del banco central luso. Entre los curiosos casos que han llegado a su departamento, destaca el de un difunto enterrado con varios billetes en el bolsillo, cuya familia solicitó la restitución del dinero dañado a través del Instituto Nacional de Medicina Legal. Otro insólito episodio involucró el hallazgo de cientos de monedas en el fondo de las Grutas de Mira de Aire, que ocuparon nueve bidones y llegaron al banco gracias a los bomberos.
Las razones detrás de una tradición incomprensible
Ferreira relaciona la costumbre de inhumar dinero con un "instinto humano" de proteger lo valioso, aunque confiesa no comprender del todo los motivos. "Nadie espera ya que del dinero brote un árbol", bromea. Sin embargo, especula que las personas buscan mantener el control sobre sus ahorros sin depender de los bancos. Los daños más frecuentes se deben a la humedad, afectando principalmente a billetes de 20 y 50 euros.
Desastres naturales y aumento de trabajo
Pero los problemas no se limitan a entierros voluntarios. Catástrofes como los devastadores incendios forestales de 2017 en el centro de Portugal también generan picos de actividad para el equipo de Ferreira, que debe analizar minuciosamente los billetes dañados para evaluar si cumplen los criterios de reposición. Este meticuloso proceso se lleva a cabo bajo estrictas medidas de seguridad, con múltiples cámaras y la prohibición de que cualquier empleado trabaje en solitario.
Criterios y riesgos de fraude
Para que un billete deteriorado sea restituido, debe conservarse al menos el 50% de su superficie y haberse estropeado accidentalmente. En caso contrario, se retira de circulación y se destruye. Además, si se detectan intentos de fraude, como billetes falsos o manchados con tinta de seguridad antirrobo, el banco está obligado a informar a la policía e incautar el efectivo.
La práctica de enterrar dinero para ocultarlo sigue siendo común en Portugal, causando daños millonarios a los billetes que el Banco de Portugal se ve obligado a reponer. Casos insólitos, desde difuntos inhumados con efectivo hasta monedas halladas en cuevas, llegan al departamento encargado de analizar y valorar la reposición del dinero deteriorado. Desastres naturales como incendios también aumentan el volumen de trabajo. Para restituir un billete dañado, debe cumplir criterios estrictos y no presentar indicios de fraude.