El truco para conseguir unas patatas fritas crujientes que se utiliza en los mejores restaurantes
Descubre el ingrediente clave que se usa para obtener patatas fritas con una textura perfecta

Patatas fritas.
Las patatas fritas son uno de los acompañamientos más populares en España y en muchas otras partes del mundo. Ya sea junto a una jugosa hamburguesa, un filete a la plancha o unos huevos fritos, estas deliciosas rodajas de patata frita son capaces de elevar cualquier plato a un nuevo nivel de sabor y textura. Sin embargo, lograr la combinación perfecta de crujiente por fuera y suave por dentro puede ser todo un desafío para muchos cocineros.
El enemigo oculto de las patatas fritas: el almidón
El principal obstáculo para conseguir unas patatas fritas con la textura ideal es el almidón. Este componente natural de las patatas tiende a formar una capa en la superficie que impide que el aceite penetre adecuadamente durante el proceso de fritura. Como resultado, las patatas absorben demasiada grasa y quedan blandas y aceitosas en lugar de crujientes y ligeras.
El truco de los restaurantes: vinagre, el ingrediente secreto
Para evitar este problema, muchos restaurantes en España y en todo el mundo recurren a un sencillo truco que no requiere de ingredientes especiales ni de mucho esfuerzo adicional. La clave está en el vinagre, un ácido que ayuda a equilibrar los componentes naturales de las patatas, como el almidón, la pectina y los azúcares. Al remojar las patatas cortadas en una mezcla de agua fría y vinagre durante unos 30 minutos antes de freírlas, se logra controlar mejor estos factores y obtener un resultado final más crujiente y apetecible.
Pasos para preparar patatas fritas caseras perfectas
Para poner en práctica este truco en casa, simplemente corta las patatas en bastones del grosor deseado y colócalas en un recipiente con agua fría. Agrega un buen chorro de vinagre (puede ser de vino blanco o de manzana) y deja reposar durante 30 minutos. Pasado este tiempo, escurre bien las patatas y sécalas cuidadosamente con papel de cocina antes de freírlas en aceite caliente a unos 180 °C. Verás cómo tus patatas quedan mucho más crujientes y deliciosas que nunca.
Otros consejos para una fritura perfecta
Además del truco del vinagre, hay otros aspectos a tener en cuenta para lograr las patatas fritas ideales. Elige variedades de patata harinosas y con bajo contenido en agua, como la Kennebec o la Agria. Corta las patatas en bastones uniformes para que se frían de manera homogénea. Opta por aceites con alto punto de humeo, como el de girasol alto oleico o el de oliva suave. Controla la temperatura del aceite (entre 160 y 180 °C) y evita reutilizarlo demasiadas veces. Por último, no sobrecargues la sartén para que las patatas se frían bien por todos lados.
Con estos sencillos consejos y el truco del vinagre, podrás disfrutar en casa de unas patatas fritas caseras crujientes y ligeras, dignas de los mejores restaurantes.