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El médico leridano Albert Lecube insta a abordar el vínculo desatendido entre la obesidad y la salud mental que empieza en la infancia

Albert Lecube, jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitari Arnau de Vilanova de Lleida, destaca la necesidad de abordar la obesidad desde una perspectiva integral, incluyendo la salud mental, la educación alimentaria y el apoyo psicológico desde la infancia

El doctor Albert Lecube. 

El doctor Albert Lecube. 

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agencias

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El jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Arnau de Vilanova de Lleida, Albert Lecube, ha instado a abordar la obesidad yendo más allá de la alimentación y el ejercicio físico, para atender también su vínculo con las emociones y la salud mental, que está infratratado y comienza en la infancia, dado que durante esta etapa vital se adquieren los hábitos alimentarios.

Según ha explicado Lecube en una rueda de prensa organizada por la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), la Asociación Nacional de Personas que viven con Obesidad (ANPO) y Novo Nordisk, en el marco del Día Mundial de la Obesidad, la obesidad es una enfermedad crónica y compleja que padece el 20% de la población española, aunque continúa estando infradiagnosticada e infravalorada. Uno de los síntomas de la obesidad es el hambre, y diversos estudios estiman que el 70% de las decisiones alimentarias que toma una persona no responden a una necesidad metabólica real, sino que están guiadas por las emociones, estímulos ambientales, etc.

Lecube ha precisado que existen tres tipos de hambre: una relacionada con la supervivencia denominada hambre homeostática; una emocional, que no corresponde a factores biológicos y se vincula a situaciones de estrés o ansiedad; y otra ejecutiva, independiente de las emociones y la biología, donde entra en juego la educación alimentaria y la autorregulación. El 50% de las personas con obesidad tienen una relación emocional con la comida, lo que dificulta el control del peso.

La importancia de inculcar buenos hábitos alimentarios desde la infancia

El especialista ha resaltado que el 95% de los hábitos alimentarios se establecen antes de los 10 años. "Al igual que aprendemos a hablar, que aprendemos a caminar, que aprendemos a relacionarnos con nuestros prójimos, aprendemos también la manera de comer y de relacionarnos emocionalmente con los alimentos", ha indicado. Por ello, ha hecho hincapié en la importancia de inculcar buenos hábitos alimentarios desde la infancia para prevenir el desarrollo de la obesidad en la edad adulta, teniendo también en cuenta que la mayoría de niños con obesidad pasarán a ser adultos con obesidad.

La necesidad de un enfoque multidisciplinar en el tratamiento de la obesidad

Lecube ha insistido en que se deben reconocer los patrones que establecen la relación emocional de las personas con la alimentación para comprender que no es suficiente con centrar el tratamiento de la obesidad únicamente en alimentación equilibrada y actividad física, ya que los problemas de salud mental pueden derivar en obesidad, al igual que la obesidad puede desencadenar trastornos emocionales.

A este respecto, ha demandado que la atención a las personas con obesidad se realice por parte de un equipo multidisciplinar que incluya, además de farmacólogos y nutricionistas, a psicólogos especializados en alimentación. "Se estima que las personas con obesidad que junto con la alimentación y la dieta física tienen el apoyo de un programa psicológico pierden hasta un 40% más de peso que aquellas personas que no tienen este apoyo", ha remarcado.

El documento 'Obesidad, con corazón' y los perfiles psicológicos de personas con obesidad

Con el objetivo de poner sobre la mesa esta relación entre la alimentación y las emociones, se ha presentado el documento 'Obesidad, con corazón. Tú también formas parte de la solución', que incluye cuatro perfiles psicológicos de personas con obesidad. A través de la descripción de estos perfiles, el psicólogo sanitario y coordinador del Grupo de Trabajo de Psicología y Obesidad de SEEDO, Santos Solano, ha insistido en la relación bidireccional entre obesidad y problemas de salud mental.

Solano ha señalado que el 54% de las personas con obesidad tienen riesgo de desarrollar depresión con el tiempo y que el 58% de las personas con depresión tiene riesgo de desarrollar obesidad. También ha puesto el foco en la importancia de empezar a ver los trastornos por atracón como un problema para la obesidad.

El estigma y la discriminación que sufren las personas con obesidad

El psicólogo ha alertado sobre el estigma que sufren las personas con obesidad, que favorece a su vez la discriminación. Los niños con obesidad presentan un 63% más de riesgo de sufrir acoso escolar. Además, el 54% de las personas con obesidad dice haberse sentido discriminada por sus compañeros en el colegio y el 69% refiere estigmatización por parte del personal sanitario.

Por su parte, el presidente de ANPO, Federico Luis Moya, ha lamentado que "todos" los casos de obesidad con los que tratan en la Asociación están relacionados con la salud mental, bien se ponga de manifiesto antes o después. A este respecto, ha subrayado que las personas con obesidad necesitan sentirse acompañadas, comprendidas y entendidas durante su tratamiento, ya que el apoyo es vital para reforzar la adherencia. Sobre este asunto, ha comentado que las unidades multidisciplinares desempeñan un papel crucial.

La relación entre obesidad y enfermedades cardiovasculares

El director médico de Novo Nordisk España, Francisco Pajuelo, ha querido incidir en que la obesidad también guarda relación con las enfermedades cardiovasculares. Según ha referido, dos tercios de las personas con obesidad fallecen por enfermedades cardiovasculares y una de cada cinco personas con obesidad tiene una enfermedad cardiovascular establecida, es decir, ha sufrido por ejemplo un infarto o un ictus.

A pesar de los datos y de las conclusiones de una encuesta realizada por Novo Nordisk, que señala que la complicación que más preocupa a la población es la enfermedad cardiovascular, tan solo un 37% de estas personas señala haberse medido alguna vez el diámetro corporal, estando este factor mucho más relacionado con la obesidad que el peso por sí mismo.

Pajuelo también ha abordado la relación entre la enfermedad cardiovascular y la salud mental. En esta línea, ha advertido que el aislamiento social incrementa en un 50% la probabilidad de sufrir una enfermedad cardiovascular y que las personas con depresión que sufren un infarto tienen más riesgo de que este se repita.

Qué es la obesidad y cómo se define

La obesidad es una enfermedad crónica caracterizada por una acumulación excesiva de grasa corporal que puede tener efectos adversos sobre la salud. Se diagnostica cuando el índice de masa corporal (IMC) es igual o superior a 30 kg/m2. Sin embargo, el IMC no es un indicador perfecto de la obesidad, ya que no distingue entre masa grasa y masa muscular, por lo que otras medidas como el perímetro de la cintura o el porcentaje de grasa corporal también se utilizan para evaluar la obesidad y sus riesgos asociados.

La obesidad es una condición multifactorial, influenciada por una compleja interacción de factores genéticos, ambientales, psicológicos y conductuales. Entre las principales causas se encuentran una alimentación desequilibrada y poco saludable, la falta de actividad física, alteraciones hormonales, ciertos medicamentos y factores hereditarios.

Esta enfermedad se asocia con numerosas complicaciones de salud, como diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, algunos tipos de cáncer, problemas respiratorios como la apnea del sueño, trastornos osteoarticulares y problemas de salud mental, entre otros. Por ello, la prevención y el tratamiento de la obesidad son fundamentales para mejorar la calidad de vida de las personas afectadas y reducir el riesgo de desarrollar enfermedades asociadas.



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