De entre los 436 artistas del fondo del Museu Morera, solo 95 son mujeres y la gran mayoría, con obra de este siglo XXI
El Museu de Lleida impulsa una nueva relectura del papel femenino en la colección

‘Cistell de flors’, un óleo sobre tela de en torno a 1926 de la leridana Antònia Ferreras, el primer lienzo de una mujer artista en el Morera. - PAU PASCUAL
La actual exposición inaugural del nuevo Morera Museu d’Art Modern i Contemporani de Lleida exhibe en la tercera planta del edificio un cuadro de la pintora leridana Antònia Ferreras Bertran (1873-1953). Se trata del óleo sobre tela Cistell de flors, que pintó en torno a 1926. En una colección de más de 5.500 piezas, que se remonta a finales del siglo XIX, hay que esperar hasta mediados de los años 20 del siglo pasado para encontrar en el Morera el primer referente de una artista femenina. La biografía de Ferreras en la Wikipèdia la define como simple “pintora de flores”. Eso sí, fue de las mejores. Formada en la Escola Superior de Belles Arts de Barcelona, la pintora leridana participó, por ejemplo, en la Exposición Hispano-Francesa de 1895, en la que fue galardonada con una medalla de plata. La cartela que acompaña el bodegón floral de la artista en el museo aporta una información extra, que hoy en día se antoja increíble: en los concursos de pintura de su época, que era entonces la vía habitual de entrada de los artistas en las salas y galerías de arte, las mujeres profesionales solo podían concursar con lienzos de flores, bodegones o cuestiones domésticas, como el retrato de niños. Todo el resto era coto masculino. Así, Ferreras se ‘especializó’ a la fuerza en los bodegones de flores y, hasta la Guerra Civil, formaba parte de un grupo de mujeres artistas muy activas en el ámbito cultural barcelonés, que reclamaban precisamente poder exponer en las galerías y salas de arte de la ciudad condal, monopolizadas en exclusiva por artistas masculinos.
Cien años después, las cosas ya no son así, pero la paridad en la colección del museo leridano aún sigue lejos. De los 436 artistas representados en el fondo, solo 95 son mujeres, menos del 22%, y la inmensa mayoría con obras que han entrado en el equipamiento desde finales de los años 90 y hasta este primer cuarto del siglo XXI. Durante el siglo XX, pueden contarse apenas con los dedos de una mano, con referentes leridanas como Rosa Siré, Antonieta Aguiló o la fotógrafa de Tàrrega Palmira Puig, que durante décadas vivió y desarrolló su actividad profesional en Brasil. El Morera, gracias sobre todo a la Biennal Cristòfol y los depósitos de la Col·lecció Nacional d’Art de la Generalitat, ha conseguido en los últimos años rozar una cierta paridad de género, aunque queda mucho por recorrer.
Por su parte, el Museu de Lleida, Diocesà i Comarcal ha abierto una etapa –con su nueva directora al frente, Clara Arbués– en la que busca potenciar los discursos de la colección con perspectiva de género. No es tarea nada fácil en un fondo que abraza desde la prehistoria y hasta el XVIII-XIX. La historiadora del arte y conservadora Esther Balasch lo intentará mañana en una visita guiada en clave femenina (ver desglose), siempre con un objetivo ideal: “ofrecer una relectura de la historia sin asociar el papel de la mujer simplemente a la biología de la maternidad”. Se trata de descubrir ‘detrás’ de diversas obras de arte la relevancia que tuvo la mujer y que el discurso patriarcal histórico a menudo ha ocultado u olvidado.
‘Dones, poder i cultura’, una visita mañana con mirada femenina
Desde el arte rupestre de El Cogul, con las famosas figuras de mujeres bailando de hace 9.000 años, hasta la leyenda de Salomé y la decapitación de Sant Joan Baptista, en un relieve en madera del siglo XVII, el Museu de Lleida ofrecerá mañana domingo (12.00 h) una singular visita a la exposición permanente de la mano de la historiadora y conservadora Esther Balasch para descubrir el papel de la mujer en diferentes momentos de la historia a partir de su representación artística. La visita Dones, poder i cultura, con un recorrido desde la prehistoria hasta la época moderna, se complementará con la exhibición de seis grabados de mujeres artistas de los siglos XX y XXI de la colección Gelonch-Viladegut.