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Cambio al horario de verano: ¿Se adelanta o se atrasa el reloj?

Falta apenas una semana para que los relojes cambien al horario de verano, que en España se mantendrá hasta octubre

El horario de verano se mantiene en España desde marzo hasta octubre.

El horario de verano se mantiene en España desde marzo hasta octubre.

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La llegada de la primavera no solo trae consigo días más largos y temperaturas más cálidas, sino también el cambio de hora estacional que se produce dos veces al año en España y la mayoría de países europeos. Este fin de semana, en la madrugada del sábado 29 al domingo 30 de marzo tendrá lugar el cambio al horario de verano, cuando a las 2:00 de la madrugada los relojes deberán adelantarse hasta las 3:00 horas, lo que supondrá dormir una hora menos esa noche pero disfrutar de más luz natural por las tardes durante los próximos meses.

Este ajuste horario, que se realiza siguiendo la directiva europea 2000/84/CE, busca aprovechar mejor la luz solar y conseguir un ahorro energético. La medida, que se viene aplicando en nuestro país desde 1974, continúa vigente a pesar de que en 2018 la Comisión Europea propuso eliminar estos cambios estacionales tras una consulta pública donde el 84% de los participantes se mostró favorable a mantener un único horario durante todo el año. Sin embargo, la falta de consenso entre los Estados miembros sobre qué horario (el de verano o el de invierno) debería adoptarse permanentemente ha ralentizado la toma de decisiones definitivas.

El cambio al horario de verano es el primero de los dos ajustes que se producen anualmente, y permanecerá vigente hasta el último domingo de octubre, cuando se volverá al horario de invierno. Estos cambios afectan a diversos ámbitos de nuestra vida cotidiana, desde los patrones de sueño hasta los hábitos de consumo energético.

¿Por qué se cambia la hora dos veces al año?

El origen del cambio horario se remonta a principios del siglo XX, aunque su adopción generalizada en Europa se consolidó durante la crisis del petróleo de 1973. El objetivo principal era reducir el consumo energético aprovechando mejor las horas de luz natural. Con el adelanto de los relojes en primavera, se busca que las actividades humanas coincidan con las horas de sol, especialmente por la tarde, cuando el consumo energético es mayor.

En España, este sistema se implementó por primera vez en 1974, y desde 1981 se rige por las directivas europeas que establecen las fechas concretas para estos cambios: el último domingo de marzo para el horario de verano y el último domingo de octubre para el de invierno. Actualmente, más de 70 países en todo el mundo mantienen algún tipo de cambio horario estacional.

No obstante, estudios recientes cuestionan los beneficios energéticos de esta práctica. Según un informe de la Comisión de Industria del Parlamento Europeo, el ahorro energético actual es marginal (entre el 0,5% y el 2,5% del consumo total), especialmente en comparación con los años 70 cuando se implementó la medida. Las mejoras en eficiencia energética y los cambios en los patrones de consumo han reducido significativamente el impacto positivo de esta práctica.

Efectos del cambio horario en la salud

El cambio al horario de verano suele ser el más complicado para nuestro organismo, ya que supone dormir una hora menos. Según los especialistas en medicina del sueño, este ajuste puede provocar alteraciones temporales del ritmo circadiano, el "reloj interno" que regula nuestros ciclos de sueño-vigilia.

"La pérdida de una hora de sueño puede causar somnolencia, falta de concentración, irritabilidad e incluso aumentar ligeramente el riesgo de accidentes laborales o de tráfico durante los primeros días tras el cambio", explica la Sociedad Española de Neurología (SEN). Estos efectos suelen ser transitorios, y la mayoría de las personas se adapta en un plazo de entre tres y siete días.

Para minimizar estas consecuencias, los expertos recomiendan anticiparse al cambio modificando gradualmente los horarios de acostarse y levantarse unos días antes, mantener una exposición adecuada a la luz natural, especialmente por la mañana, y evitar las siestas largas durante el periodo de adaptación.

El futuro del cambio de hora en Europa

En 2018, tras una consulta ciudadana en la que participaron 4,6 millones de europeos (la mayoría alemanes), la Comisión Europea propuso abolir los cambios de hora estacionales. El Parlamento Europeo respaldó esta iniciativa en marzo de 2019, estableciendo 2021 como fecha límite para que los países miembros decidieran si querían mantener permanentemente el horario de verano o el de invierno.

Sin embargo, la pandemia de COVID-19 y la falta de acuerdo entre los Estados miembros han ralentizado este proceso. Países del norte de Europa prefieren mantener el horario de invierno, mientras que los del sur se inclinan por el de verano. En el caso de España, un informe de la Comisión de Expertos creada por el Gobierno en 2018 recomendaba mantener el sistema actual hasta que hubiera un consenso europeo, para evitar desajustes con los países vecinos.

La situación se complica aún más al considerar la posición geográfica de España, que se encuentra en la misma longitud que Reino Unido o Portugal, pero utiliza la hora central europea (la de Alemania o Italia). Algunos expertos argumentan que España debería adoptar el huso horario que le corresponde geográficamente, lo que podría tener beneficios para la conciliación familiar y el bienestar.

¿Cómo afecta el cambio de hora a los dispositivos electrónicos?

La mayoría de los dispositivos conectados a internet (smartphones, tablets, ordenadores) se actualizan automáticamente al nuevo horario. Sin embargo, relojes analógicos, algunos electrodomésticos y relojes de pulsera no inteligentes deberán ajustarse manualmente. Es recomendable verificar la hora en dispositivos importantes como despertadores antes de acostarse el sábado para evitar contratiempos el domingo.

¿Qué países no realizan cambios de hora?

A nivel mundial, aproximadamente el 70% de los países no aplica cambios horarios estacionales. En Europa, Islandia, Rusia, Bielorrusia y Turquía mantienen un horario fijo durante todo el año. En América, gran parte de los países cercanos al ecuador tampoco realizan estos ajustes por tener una variación mínima en las horas de luz solar entre estaciones. En España, las Islas Canarias también cambian la hora, manteniendo siempre una diferencia de una hora menos respecto a la Península debido a su ubicación geográfica.

Mientras la Unión Europea continúa debatiendo sobre el futuro de esta práctica, los ciudadanos españoles deberán seguir adaptándose a estos cambios bianuales.

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