El debate sobre el cambio horario en España se intensifica con la llegada del horario de verano
Los ciudadanos perderán una hora de sueño la noche del sábado al domingo cuando a las 2:00 h sean las 3:00 h, en lo que podría ser uno de los últimos cambios de hora si la Unión Europea aprueba su supresión antes de 2026

Imagen de archivo de un reloj.
España se prepara para un nuevo cambio horario. En la madrugada del próximo domingo 30 de marzo, los relojes se adelantarán una hora cuando las 2:00 marquen las 3:00, dando inicio al horario de verano que se mantendrá hasta el último domingo de octubre. Este ajuste bianual, que nos acompañará oficialmente hasta 2026 según establecen tanto el Diario Oficial de la Unión Europea como el BOE, coincide con un renovado debate sobre su posible eliminación definitiva tras décadas de aplicación.
El cambio será inmediatamente perceptible en nuestra rutina diaria: amanecerá y anochecerá más tarde. A medida que avance la primavera, los días, que actualmente rondan las 12 horas y media en nuestro país, llegarán a superar las 15 horas de luz natural. Esta modificación, implementada inicialmente como respuesta a la crisis petrolera de los años 70 para reducir el consumo energético, está siendo cuestionada por diversos estudios que ponen en duda su efectividad y destacan sus efectos negativos sobre la salud.
El debate europeo sobre la supresión del cambio horario
El Parlamento Europeo ha retomado esta semana las conversaciones sobre el futuro del cambio de hora a través de una conferencia que recupera un debate interrumpido en 2020 por la pandemia de COVID-19. "En ese acto participó una representante del equipo de la Comisión de Transportes, que es la que tiene el tema en su cartera, y ellos también tienen interés. Y falta el paso más complicado, el Consejo de la Unión Europea, porque ahí ya no solo se trata de decir si cambiamos el reloj dos veces al año, sino de decidir dónde nos quedamos, en qué horario", explica a EFE Ariadna Güell, subdirectora de la organización internacional Time Use Initiative (TUI).
El parlamentario irlandés Seán Kelly, principal impulsor de esta iniciativa, aspira a que la Unión Europea apruebe la eliminación del cambio horario antes de 2026. Sin embargo, Güell matiza que "una cosa es aprobar y otra, implementar", señalando que el calendario definitivo "depende de la voluntad política". Además, reconoce cierta resistencia al cambio debido a que los expertos consideran que el horario "más natural" sería el de invierno, lo que genera cierto "mal márketing" para la propuesta.
Mientras el debate continúa, prácticamente todo el continente europeo, con contadas excepciones como Rusia, Bielorrusia, Turquía o Islandia, seguirá adelantando la hora este domingo, manteniendo una tradición cada vez más cuestionada por sus escasos beneficios y evidentes perjuicios.
Impacto en la salud y productividad
Los estudios científicos han demostrado que el cambio horario provoca desajustes significativos en nuestro organismo. Al adelantar el reloj, se produce una desincronización entre nuestro reloj biológico o circadiano y el horario social, algo que afecta notablemente a nuestros procesos fisiológicos y ritmos naturales.
"El cambio de hora es una circunstancia extraordinaria en nuestra vida. Es muy difícil que el cuerpo logre dormirse una hora antes de lo que está acostumbrado", explica a EFE el Dr. Agustín Peralt, experto en efectividad personal y doctor en Administración y Dirección de Empresas. Para afrontar mejor este reajuste, Peralt recomienda "gestionar la energía en lugar del tiempo" durante las primeras semanas, implementando "recargas diarias" como pequeñas siestas de diez minutos o paseos energizantes.
El cambio horario de primavera resulta especialmente problemático al suponer una hora menos de sueño, lo que "puede generar fatiga, irritabilidad y falta de concentración", según advierte la Dra. Karina Reinoso, médico del servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Hospital Gregorio Marañón de Madrid. Estos efectos se agravan porque la producción de melatonina, hormona clave para el descanso, se ve alterada: "Empieza a secretarse por la noche. Si disminuye su producción porque hay más exposición a la luz, el cuerpo no descansa bien y por eso llega esa sintomatología".
Colectivos especialmente vulnerables al cambio horario
Los efectos negativos del cambio de hora no afectan a toda la población por igual. Existen grupos específicos que sufren con mayor intensidad este reajuste temporal, pudiendo necesitar "hasta varias semanas" para adaptarse completamente, según indican los especialistas.
Entre los colectivos más vulnerables destacan los niños, especialmente los bebés, que carecen de las referencias sociales o del reloj de pulsera que ayudan a los adultos a contextualizar el cambio. Como señala Emma Salado, matrona especializada en sueño infantil, "lo que en un adulto es una diferencia de una hora, para un bebé es como un 'jet-lag' de varias". Para minimizar el impacto en los más pequeños, recomienda "bajar persianas y cambiar los horarios en bloque: comidas-siesta-baño".
Los ancianos constituyen otro grupo particularmente sensible a esta alteración horaria, junto con personas que ya padecen trastornos del sueño y pacientes con determinadas patologías cuyo tratamiento o sintomatología puede verse afectada por el cambio. Para todos ellos, la recomendación de los expertos es evitar el uso de ansiolíticos o estimulantes como la cafeína, optando por un ajuste gradual del sueño durante los días previos.
¿Qué es el horario de verano?
El horario de verano es una modificación temporal del huso horario que consiste en adelantar los relojes una hora durante los meses más cálidos del año. Esta medida, implementada en numerosos países del hemisferio norte, tiene como objetivo teórico aprovechar mejor la luz natural y reducir el consumo energético, aunque su efectividad real es objeto de controversia.
En España, como en la mayoría de países europeos, el cambio se realiza dos veces al año: el último domingo de marzo (cuando se adelantan los relojes una hora) y el último domingo de octubre (cuando se retrasan). Su origen se remonta a la crisis del petróleo de los años 70, cuando se consideró una herramienta útil para ahorrar energía en iluminación al ajustar las horas de actividad humana a las de luz solar.
Sin embargo, las condiciones tecnológicas y sociales han cambiado significativamente desde entonces. El consumo energético actual depende menos de la iluminación y más de la climatización, dispositivos electrónicos y otros factores no vinculados directamente a la luz diurna. Estos cambios, junto con la creciente evidencia sobre sus efectos negativos en salud y productividad, han llevado a cuestionar la utilidad de mantener esta práctica.
¿Cómo prepararse correctamente para el cambio de hora?
Para minimizar el impacto del cambio horario en nuestro organismo, los expertos recomiendan seguir algunas pautas en los días previos y posteriores al ajuste. Entre las más efectivas destacan:
- Ajuste gradual del sueño: Acostarse y levantarse 10-15 minutos antes cada día durante la semana previa.
- Exposición a la luz natural: Buscar luz brillante por la mañana ayuda a regular nuestro reloj biológico.
- Mantener rutinas regulares: Respetar los horarios de comidas y actividad física.
- Evitar estimulantes: Reducir el consumo de cafeína, alcohol y comidas pesadas en las horas previas al sueño.
- Crear un ambiente propicio: Asegurar que el dormitorio esté oscuro, silencioso y con temperatura adecuada.
¿Cuál es el futuro del cambio horario en Europa?
Mientras el debate continúa y las fechas establecidas para los próximos cambios (30 de marzo de 2025 y 29 de marzo de 2026) se acercan, la incertidumbre sobre el futuro de esta práctica sigue creciendo. La posibilidad de que la Unión Europea tome una decisión definitiva antes de 2026 existe, pero requiere superar importantes obstáculos.
El principal desafío no radica únicamente en decidir si se elimina el cambio bianual, sino en determinar qué horario se adoptaría permanentemente: ¿el de verano o el de invierno? Esta decisión implica consideraciones políticas, económicas y sociales complejas que afectan de manera diferente a los distintos países miembros según su posición geográfica y patrones culturales.
Por ahora, lo único seguro es que este domingo, a las 2:00 serán las 3:00, y España, junto con casi toda Europa, dará la bienvenida al horario de verano en medio de un debate que podría transformar definitivamente nuestra relación con el tiempo.