La Guardia Civil alerta: multas de hasta 30.000€ por portar tarjetas navaja
Las autoridades intensifican la vigilancia contra estos dispositivos que simulan ser tarjetas de crédito pero ocultan un arma blanca prohibida según la Ley de Seguridad Ciudadana

Una tarjeta navaja.
La Guardia Civil ha reforzado su campaña de control contra las conocidas como tarjetas navaja, unos dispositivos aparentemente inofensivos que están generando preocupación entre las fuerzas de seguridad españolas. Estos objetos, que a primera vista se asemejan a una tarjeta bancaria estándar, esconden en su interior un arma blanca cuya posesión puede acarrear sanciones económicas que oscilan entre los 601 y los 30.000€ para quienes sean sorprendidos portándolas.
El instituto armado ha detectado un notable incremento en la circulación de estos artículos potencialmente peligrosos, que suelen comercializarse bajo la denominación de 'herramientas multiusos' o 'elementos de supervivencia'. Su ingenioso diseño permite que, en cuestión de segundos, puedan transformarse en una navaja con filo, convirtiéndose así en un elemento de riesgo para la seguridad ciudadana.
El funcionamiento de estos dispositivos resulta alarmantemente sencillo: la tarjeta se compone de tres secciones, donde dos partes retráctiles, al ser desplegadas, revelan una hoja metálica afilada situada en la zona central. A pesar de que su tamaño es reducido, con una hoja que apenas supera los 5 centímetros, su potencial para causar lesiones no debe ser minusvalorado.
Marco legal y consecuencias
La normativa española no deja lugar a dudas sobre la ilegalidad de estos objetos. De acuerdo con el artículo 36 de la Ley de Seguridad Ciudadana, las tarjetas navaja entran en la categoría de armas prohibidas. Las multas por llevarlas encima pueden alcanzar los 30.000€, variando la cuantía según circunstancias como el contexto en que se encuentre y los antecedentes del portador.
Campaña de concienciación
Como parte de sus acciones preventivas, la Benemérita ha puesto en marcha una iniciativa informativa a través de sus perfiles en redes sociales. Entre los materiales difundidos destaca un vídeo explicativo donde se muestra cómo estos objetos pueden pasar completamente inadvertidos en una cartera convencional. El objetivo de esta campaña es doble: alertar tanto a posibles compradores como a quienes ya dispongan de estos artículos sobre los graves riesgos legales que implica su tenencia.