Videojuegos multijugador: ventajas y desventajas
Cerca del 46% de los gamers españoles participan en juegos online con otros usuarios, creando nuevas formas de socialización digital

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Los videojuegos han experimentado una transformación radical en las últimas décadas, pasando de ser una afición minoritaria a convertirse en la forma de ocio preferida por millones de españoles. Según datos de la Asociación Española del Videojuego (AEVI), en 2023 España alcanzó la cifra récord de 20 millones de videojugadores. El fenómeno es especialmente notable entre jóvenes de 15 a 24 años, donde más del 85% son usuarios habituales, con una distribución prácticamente igualitaria entre hombres (51%) y mujeres (49%).
Entre todas las modalidades, el modo multijugador destaca como tendencia dominante. Joan Arnedo, profesor de los Estudios de Informática, Multimedia y Telecomunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y director del máster universitario de Diseño y Programación de Videojuegos, lo define como "aquel en el que participan activamente varios jugadores humanos, ya sea de manera competitiva, entre ellos, o de forma colaborativa contra la máquina, o combinaciones de ambos casos, en algunos juegos".
El experto aclara que el concepto multijugador no implica necesariamente conexión a internet. Los primeros juegos compartidos surgieron en las recreativas de los años 80 y 90, trasladándose posteriormente a los hogares con las videoconsolas. "Jugar con más jugadores permite que el juego sea más entretenido que en solitario", explica Laura Cerdán, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC.
Una nueva forma de socialización
El aspecto social del videojuego multijugador se ha convertido en elemento fundamental de esta experiencia. Un estudio de Samsung revela que casi la mitad de los gamers españoles (46%) interactúa regularmente en línea con otros jugadores, y el 28% lo hace al menos mensualmente. Hasta cuatro de cada diez encuestados consideran que algunos de estos contactos virtuales han evolucionado hasta convertirse en auténticas "amistades".
"Creo que los videojuegos no deberían sustituir las relaciones físicas tradicionales, y la clave está en la mesura con que se utilizan", advierte la profesora Cerdán. "Deberían complementar las relaciones sociales más tradicionales, ya que la comunicación que se da a través de un videojuego elimina totalmente elementos de la relación cara a cara, como la comunicación no verbal, el lenguaje corporal y las expresiones faciales".
El equilibrio como clave
Como en cualquier actividad, la moderación resulta esencial. Los españoles dedican una media de una hora diaria a los videojuegos (7,7 horas semanales según Statista), aunque entre los más jóvenes esta cifra puede triplicarse, según alerta un informe de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD). El Plan Nacional sobre Drogas señaló en 2024 que un 5,1% de jóvenes entre 14 y 18 años podrían presentar un trastorno relacionado con el uso excesivo de videojuegos, dato que ha mejorado respecto al 7,1% registrado en 2021.
Los especialistas rechazan, sin embargo, que los videojuegos fomenten por sí mismos comportamientos abusivos. "Los juegos multijugador han existido desde siempre y rompen la falsa idea del videojuego como actividad individual que te aísla. En el aspecto de la camaradería y ayudar a crear un círculo social, pueden ser como el deporte u otro tipo de juegos", explica Joan Arnedo.
No obstante, el experto advierte sobre "los juegos multijugador entendidos como un servicio en línea continuado, donde las empresas tienen un enorme incentivo económico para hacer todo lo que esté en sus manos para retener a los jugadores y conseguir que permanezcan conectados el máximo tiempo posible".
Educación frente a prohibición
Laura Cerdán recomienda a padres y educadores "informarse bien acerca del videojuego al que nuestro hijo quiere jugar, antes de comprarlo o descargarlo" y "observar cómo reaccionan mientras juegan" para establecer límites adecuados sin recurrir a prohibiciones tajantes.
"Los videojuegos forman parte de la cultura juvenil, de su tipo de ocio, por eso creo que hay que diferenciar entre 'prohibir' y 'limitar'", destaca. La prohibición podría generar efectos contraproducentes como el aislamiento social del menor respecto a su grupo si todos juegan, o la pérdida de valores positivos que aportan estos juegos.
"Especialmente en juegos colaborativos o competitivos por equipos, se desarrollan competencias sociales y de trabajo en equipo", explica Arnedo, quien señala que "hay quien en su currículum pone que ha sido líder de un Gremio en World of Warcraft".
Los videojuegos multijugador han trascendido su función original para convertirse en auténticos espacios sociales donde se desarrollan relaciones significativas y se adquieren habilidades aplicables al mundo real. El desafío consiste en encontrar el equilibrio que permita disfrutar de sus beneficios minimizando los riesgos asociados al uso excesivo.