«'First dates' es una ventana a la diversidad sexual»

Empezó en la televisión como actor, en series como Al salir de clase. ¿Continúa actuando? 

Y tanto. Empecé en el teatro y en estos momentos sigo con la gira de 5 y acción.

Reconvertido en presentador, condujo Quién quiere ser millonario, Date el bote, Atrapa un millón... ¿Qué parte de responsabilidad tiene el presentador en el éxito de un programa?

Alfred Hitchcock decía que un buen actor no puede salvar una mala película, pero uno malo sí puede cargarse una de buena. Pues lo mismo pasa con los presentadores.

¿Y qué atributos debe tener? 

Ser natural, la improvisación, ser empático, dominar el lenguaje verbal y no verbal, el sentido del ritmo...

Lo de la subida de ceja también le vino de manera natural.

Sí. Soy muy expresivo, gesticulo mucho y uso la mirada. Las imposturas en televisión no funcionan.

Antes repartía dinero y ahora amor en el programa revelación de 2016, First dates. ¿Se esperaba el éxito del formato?

Sí que esperábamos que tuviera éxito, pero no que fuera tan transversal.

Tienen cabida todas las opciones, desde heterosexuales, gais, lesbianas, a defensores del poliamor, bisexuales, transexuales e intersexuales...

First dates es una ventana abierta a la diversidad en las relaciones. Es muy integrador y blanco, porque toca las cuestiones de manera positiva. El telespectador percibe esta diversidad como una cosa natural.

La mayoría de participantes buscan una relación, pero los hay también que buscan su minuto de gloria en televisión.

Sí, pero eso pasa en todas partes. Si la intención es buscar su minuto de gloria, para estos no hay expectativas en el programa. Tenemos un equipo que asesora y busca compatibilidades y afinidades entre las parejas.

¿Qué considera más importante en un cita a primera vista?

Escuchar y saber respetar.

Ahora conduce también The Wall, un nuevo concurso de Telecinco ¿Cómo lo definiría?

Es un juego lúdico, una mezcla explosiva de cultura, estrategia y azar. Una montaña rusa emocional.

Una pareja contesta preguntas mientras unas bolas descienden por un muro de 12 metros de altura hasta caer de manera aleatoria en casillas con diferentes premios. ¿Qué le atrajo del formato?

Es muy potente, con una puesta en escena espectacular.

¿Qué tiene más peso, el azar o los conocimientos?

El azar tiene mucho peso, porque las bolas hacen lo que les da la gana. Pero los conocimientos y la estrategia también son importantes.

Los participantes pueden llegar a ganar más de un millón de euros. ¿No es demasiado dinero?

Creo que sí, pero hay que tener mucha suerte para llevárselo.

¿Qué tipo de conocimientos deben tener los concursantes?

No es un concurso de enciclopedia, hay preguntas de todo.

¿Cuál es su papel?

Conducir el espacio, explicar la mecánica y crear momentos de tensión, sorpresa, alegría... para hacerlo ameno.

Está grabado en París, ¿por qué?

Porque tienen la infraestructura.

¿Qué piensa de las audiencias?

La competencia es buena y dura, pero hay público para todo.