Nicole Kidman en el rodaje de Babygirl: “Ya no quiero tener más orgasmos”
La actriz revela cómo las escenas de alta carga sexual y emocional la llevaron a hacer una pausa en la filmación
Nicole Kidman ha revelado los desafíos emocionales vividos durante el rodaje de su nueva película, Babygirl, un drama erótico dirigido por Halina Reijn. La actriz compartió en una reciente entrevista que, al filmar las intensas escenas sexuales, llegó a experimentar una mezcla de excitación y agotamiento emocional que la llevó a detener temporalmente la producción. Fue agotador. Hubo momentos en los que pensé: 'Ya no quiero tener más orgasmos'; 'No te acerques a mí, odio hacer esto'. ¡No me importa si no me tocan nunca más en mi vida!", confesó.
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En Babygirl, Kidman interpreta a Romy, una exitosa empresaria cuya vida da un giro cuando se involucra en una apasionada relación con Samuel, su joven asistente interpretado por Harris Dickinson. En una conversación con The Sun, Kidman confesó que las escenas íntimas con Dickinson y Antonio Banderas, quien asume el papel de su esposo, resultaron un reto personal y profesional. “Fue un proceso muy intenso. Hubo momentos en los que sentí que no quería más; simplemente necesitaba un descanso. Fue agotador,” comentó la actriz sobre su experiencia en el set.
Con 57 años y una carrera repleta de papeles icónicos, Kidman reconoció que el rodaje de estas escenas le demandó una gran fortaleza emocional. La carga de las escenas más intensas generó un desgaste que ella misma describió como “una especie de burnout emocional”. No obstante, destacó que este proceso le permitió desarrollar una fuerte confianza con su equipo. Dickinson, por su parte, también explicó que en algunos momentos pidió al equipo un respiro para retomar el ritmo de las grabaciones.
El tráiler de Babygirl ha despertado grandes expectativas entre los espectadores, ya que promete llevar a la pantalla una profunda tensión sexual y exploración de emociones complejas. Esta no es la primera vez que Kidman aborda personajes en contextos intensos y exploraciones de la sexualidad. En 1999, trabajó en Eyes Wide Shut, de Stanley Kubrick, junto a su entonces esposo Tom Cruise, y en 2001 interpretó a una cortesana en Moulin Rouge, con una actuación cargada de pasión.
Kidman también reflexionó sobre su evolución como actriz y las motivaciones detrás de sus decisiones artísticas. “Siempre busco proyectos que me permitan descubrir algo nuevo sobre mí misma,” declaró recientemente a la revista People. Para ella, Babygirl fue una oportunidad de romper barreras y ahondar en la complejidad del deseo femenino, en un entorno donde las dinámicas de poder y vulnerabilidad son exploradas de manera única.
Su colaboración con la directora Halina Reijn fue crucial para abordar estos temas en profundidad. “No creo que hubiera podido hacer este papel con un director masculino,” aseguró Kidman. “Con Halina, me sentí en un espacio seguro y cómodo para hablar de temas muy personales y delicados, sin reservas ni temores.”
Kidman, quien actualmente comparte su vida con el cantante country Keith Urban, con quien tiene dos hijas, ha demostrado una vez más su compromiso con papeles que desafían tanto sus habilidades como su experiencia personal.
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