La Seu d'Urgell, una ciudad activa en el corazón del Pirineo

Ubicada en el corazón del Pirineo, la Seu d'Urgell es hoy en día una ciudad activa que se ha convertido en uno de los centros comerciales y de servicios más importantes de las tierras pirenaicas.

Como actividades económicas de la ciudad, destacan por una parte la Cooperativa Cadí, que este año celebra su 105.º aniversario. Toda una pionera, ya que fue la primera del sector lechero a formarse en el estado español.

De la otra, el Rafting Parc, un centro construido con motivo de los Juegos Olímpicos del 92 y que aúna la vertiente deportiva con la de ocio. Acoge competiciones de referencia en piragüismo de aguas bravas, como campeonatos del mundo. Y al mismo tiempo permite a los deportistas amateurs practicar rafting o hidrospeed, aparte de ser un centro BTT. Las actividades se desarrollan en un entorno controlado, con el caudal de agua regulado y con un equipo de monitores cualificados que garantizan total seguridad.

Paralelamente, la oferta hotelera y comercial es igualmente amplia. Y luce como un elemento distintivo un trato familiar. Un trato próximo que ofrecen la gran variedad de restaurantes. Elaboran una cocina fundamentada en la calidad de la materia prima y los productos autóctonos. En especial, los lácteos, gracias a las DOP y reconocidos artesanos. Productos de la tierra como quesos, embutidos, hierbas aromáticas, setas o carnes como la ternera bruneta con IGP se pueden encontrar el martes y sábados en el mercado tradicional.

Preservando las tradiciones durante todo el año

Las inquietudes de los urgelenses y la conservación de sus raíces están presentes en la vida cultural y lúdica de la Seu todo el año. El calendario es muy rico, con iniciativas como la Feria de Sant Ermengol (octubre), la Calderada de Sant Antoni (enero), el mercado medieval de los Canónigos (junio), el Festival de Música Antigua de los Pirineos (julio y agosto) o el Retablo de Sant Ermengol (agosto).

La catedral, edificio singular

Paseando por las calles históricas del centro podemos encontrar multitud de detalles, rincones y edificios que plasman la historia desde la época romana hasta hoy día. De su esplendor en la Cataluña medieval da fe la catedral de Santa Maria, única catedral románica conservada íntegramente en Cataluña. Sumado al claustro, la iglesia de Sant Miquel y el Museo Diocesano, sitúan la Seu como una de las ciudades bandera de los Pirineos.

Historia -

Cruce de caminos

Orígenes. A la edad de bronce ya había un poblado encima de la colina de Castellciutat. Los romanos construyeron un pequeño núcleo en la llanura. Con la consagración de la primera catedral, a partir del siglo V, la importancia de la ciudad empezó a crecer de manera exponencial.

Naturaleza - Exploración

Entre dos parques. El hecho de estar centrada entre los dos parques naturales más grandes de Cataluña, como el Parque Natural del Alto Pirineo y el Parque Natural del Cadí - Moixeró, permite que la Seu sea un punto de salida idóneo para visitar los dos espacios naturales y recorrer caminos y senderos.

Deportes - A cielo abierto

El Escanyabocs y Circuito Fer. Consolidado como referente de pruebas multideportivas es el Escanyabocs, que se celebra desde el 2008. Un año más tarde nacía el Circuito Fer, al unirse cuatro carreras de montaña. Todas las pruebas del circuito están impulsadas por organizaciones locales.

Una mirada al patrimonio con marcado legado medieval

Un itinerario por la Seu pide detenerse en edificios como la biblioteca de Sant Agustí (imagen) ubicada en la antigua iglesia del Convento de Sant Agustí, del siglo XVI. También vinculado a un convento como el de los dominicos, es la iglesia Sant Domènec, templo de estilo gótico del siglo XV. O la Casa Consistorial, integrada por un conjunto edificios y estructuras, andamios sobre restos romanos. Palacio Episcopal, Seminario, calle de los Canónigos o el paseo Joan Brudieu son otros puntos que no se pueden perder.