'It girl' de nacimiento

Previsión. Es una de las claves del éxito de Cristina Bermúdez en Instagram, donde la encontraréis como @cabermu. No lleva la etiqueta de it girl, ni de influencer ni modelo pero es las tres cosas sin pretenderlo. Con 60.700 seguidores, la han tanteado muchas marcas de las cuales se ha quedado con Javier Simorra i Roberto Verino. Aunque ella, como dice, es de básicos y los básicos, si hablamos de ropa, son Zara o Massimo Dutti y el señor Amancio Ortega, ya se sabe, no invierte en publicidad. Lo que es seguro es que el propietario de Zara, o cuando menos su departamento de Marketing, debe tener fichada a Cristina, una chica de Ourense que es capaz de dejar sin stock unos pantalones tan pronto como se los pone y cuelga una foto a Instagram. Eso, confiesa, ya se lo han dicho más de una vez.

Esta capacidad para inducir a la compra a miles de personas no parece que vaya con ella. “Yo todo lo veo como si fuera una película, de lejos, porque no me entra a la cabeza que yo, con mi manera de ser y vestir, con mis gustos, pueda gustar tanto o, como me han dicho alguna vez por la calle, que yo haga de personal shopper para chicas que no pueden entretenerse mirando ropa y van directamente a comprar los conjuntos que yo luzco.”

Ahora, Cristina también está a la nueva aplicación de moda 21 Buttons (@cabermu83), que permite enlazar cada prenda de ropa a la shop de la marca y comprarla en el instante. Cristina, un día a la semana se va de tiendas acompañada con el stories en directo y sus seguidoras le van diciendo qué les gusta o preguntando referencias. Sí, le preguntan constantemente por las referencias de los complementos. “Por eso no puedo cortar ni una etiqueta”, explica sonriente. Hay dos cosas más que la hacen diferente y le dan personalidad en las redes: contesta absolutamente a todo el mundo (hecho que le supone tantas horas al día como una jornada laboral) y planifica las publicaciones con un mes de antelación.

Sí. Cristina es funcionaria y su puesto de trabajo la lleva a vivir cada mes en una ciudad diferente. Ahora, la hemos pillado en Lleida. En cuanto vuelve a casa, en Ourense, crea material para la destinación siguiente.