Sin límites para cazar Pokémons
El día que le enseñaron la aplicación de Pokémon Go a Josep Romero pensó que era una tontería. Como el protagonista de cualquier película, al primer acto hay una invitación o incitación que de entrada tiene que rechazar. Romero no resistió a la segunda y sin saber dónde se metía se bajó la aplicación. “Tardé mucho tiempo en descubrir cómo funcionaba y todavía hoy descubro nuevas maneras de conseguir puntos y alcanzar nuevos retos.” No es un juego sencillo, es un mundo que ha superado la fiebre de las primeras semanas y ha consolidado una legión de jugadores “que están conectados y han convertido Pokémon en una excusa para salir de casa, pasear por la propia ciudad o descubrir sitios nuevos con la excusa de cazar bichos”. La mayoría de puntos donde hay bestias y paradas específicas están situados en lugares emblemáticos o con un cierto interés. Como si fuera una guía turística, “aprovechas para descubrir rincones de la ciudad u otros pueblos”.
Josep Romero había hecho atletismo y escalada de joven y hacía años que lo había dejado, desde que se aficionó al Pokémon “he adelgazado diez kilos de tantos kilómetros que hago a la semana”. En menos de un año su móvil ha registrado, a través del GPS, más de 4.000.
“No tengo un plan ni un horario fijo, sencillamente salgo siempre que me va bien; hay días que me levanto a las cuatro de la mañana y me dedico a pasear por la ciudad buscando las pokeparadas –en las que recogen puntos–, gimnasios para entrenar y pokémons para cazar.” El objetivo del juego es ir cazando bichos, que vamos localizando a medida que nos movemos físicamente por el mundo. “Hay por todo el planeta y hay pokémons que sólo se pueden conseguir en continentes o países concretos; hay gente que los tiene porque ha viajado y otros que los consiguen porque piratean el juego con una aplicación que lo engaña y le hace creer que estamos en Tokio o San Francisco.”
Su objetivo real es prepararse para hacer el Camino de Santiago desde Lleida hasta Finisterre, “son más de mil kilómetros y necesito entrenamiento”. De momento, el más tangible son los miles de pokémons cazados y el reconocimiento de ser el primer leridano que alcanza el nivel 40. “Los creadores del juego dicen que en los próximos meses quizás amplían los niveles hasta los 50, hoy por hoy no se puede ir más allá de lo que yo he alcanzado; aunque ya no soy el único leridano porque hay otro chico que también lo tiene.”
Romero no es lo único que sigue el juego después de que los medios hicieran mucho eco cuando se puso de moda. Juega gente de todas las edades y condiciones sociales sin distinciones, los cuales se mueven cada día por la pasión de los pokémons y descubrir nuevos rincones de Lleida o el resto del mundo.