El campo digital

Miquel Montoro sólo tiene 13 años pero ya es toda una celebridad. Es un youtuber pero conecta más con la generación de sus abuelos que con la suya.

Este niño de Mallorca reivindica el campesinado con una pasión que engancha, literalmente: ya tiene más 200.000 suscriptores en su canal. Sus explicaciones sobre cómo saber si una naranja es dulce o como distinguir las diferentes clases de patatas causan furor pero, sobre todo, triunfó con el expresivo “¡hostia, pelotas!" en referencia a uno de los platos que más le gustan.

Su creciente popularidad hizo que lo invitaran al programa La resistencia, donde fue entrevistado por David Broncano. Su inequívoco acento catalán hizo que desde algunos sectores de la derecha y la ultraderecha balear se llegara a cuestionar el modelo lingüístico de la escuela, pero este debate ya lo ha tratado nuestro colaborador Eduard Roure en la página 2, así que no insistiremos.

Los campesinos también pueden ser influencers. En Twitter Lo Tractor Rosa removió conciencias el día que publicó una foto de todos los melocotones que tenía que coger para pagarse un cortado. Ni más ni menos que 40 para conseguir cobrar 1,30 euros.

El alcalde de Sant Esteve de la Sarga, el pastor Jordi Navarra, es otro que abre una ventana 2.0 en el mundo rural. El Nen del Xinco, como se lo conoce en Twitter, reivindica el medio rural como aparte de la educación sentimental de un territorio. “Me gusta pensar que en casa del Xinco desde hace muchas generaciones, estamos enganchados al territorio y al ganado... #sompastors”, escribe en su cuenta.

Francesc Pena, un campesino de Seròs muy activo a Twitter, o el perfil Cers, son otros ejemplos de influencers del campo que acercan la realidad del sector primario a las redes sociales.