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Contra la brecha de género en las 'start-ups'

Jara Pascual. Con raíces en Zaidín, ha creado una empresa en Amsterdam y actualmente lidera un grupo de debate en el Parlamento Europeo sobre la brecha de género en las inversiones de ‘start-ups’.

Jara Pascual, en una intervención en el Parlamento Europeo

Jara Pascual, en una intervención en el Parlamento Europeo

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Te has especializado en innovación y el mundo de los inversionistas en proyectos empresariales. ¿Cómo estamos?

El dinero de los fondos de inversión va a muy pocos proyectos liderado por mujeres. Hay muchas razones, pero una es que no hay mujeres inversoras, y al no haber, uno de los factores que influyen más es si cae bien el fundador, más que el tipo de proyecto, la meritocracia y querer estar con alguien que sea parecido a ti, que te caiga bien. No se miran las aptitudes de liderazgo para hacer un cambio en el mercado, o si tienen la capacidad de escalar una empresa. Como no se hacen bien, sobre datos reales, eso provoca un retorno de la inversión muy bajo. No, no hay mujeres inversoras. No hay business angels mujeres.

¿Por qué?

Un estudio europeo resolvió hace tiempo que uno de los factores es que las mujeres no llegan a sitios de alta dirección, por lo que tienen menos dinero para invertir. Además tienen, en general, menos poder adquisitivo, y lo que tienen acostumbran a invertirlo en menos cantidades, cosa que afecta al impacto de las inversiones. Es un pez que se muerde la cola.

¿El mundo de las inversiones es un club de hombres?

Sí, y las mujeres no se sienten a gusto. Cuando una mujer tiene una idea muy femenina, los hombres no lo entienden o no le ven el rendimiento.

¿Sobre las cúpulas directivas llenas de hombres, qué escenario te gustaría más en un futuro próximo, uno de igualdad o uno que revierta la situación?

Creo que tendría que haber un equilibrio, porque si hay diversidad y aceptamos las diferencias tenemos una forma de trabajar mucho más sana. No puede haber sólo un punto de vista, porque tendremos siempre los mismos resultados. Cuando las empresas tienen que innovar, tiene que haber diversidad en todos los sentidos. El mundo se tendría que balancear.

“No me gusta pensar en revertir la poca presencia de mujeres a la alta dirección, sino equilibrarlo con la máxima diversidad posible, que ofrecerá nuevos resultados”

Has fundado una empresa que vincula ‘start-ups’ con empresas, inversores y Universidad, pero eres ingeniera.

En Barcelona estudié ingeniería en telecomunicaciones. Siempre me ha gustado inventar, y desde la carrera vi muy pronto que hacía falta un enlace entre el mundo de la ingeniería y el mundo corporativo y empresarial. Allí hice un curso de ciencia, tecnología y sociedad que me abrió los ojos, porque relacionaba todos estos mundos. El futuro no sólo es tecnología, sino combinarla con la ciencia y las personas. Años después fundé Collabwith.

¿Y qué es, Collabwith?

Es un marketplace y también un ecosistema de innovación virtual que pone en contacto start-ups (empresas de creación reciente) con firmas, inversionistas y universidades. Cuando trabajaba en Adidas, en Munich, me di cuenta de que para innovar uno siempre tiene que saber qué pasa en el mundo, con el fin de valorarlo e incorporarlo a tu proyecto, pero no hay una plataforma que agrupe proyectos. Aquí nació, ahora hace dos años y medio, Collabwith.

¿Buenas sensaciones, en el mundo emprendedor?

Sí, es un crecimiento personal multidimensional que me ha permitido conocer muchos empresarios y muchos errores de este sector. Algunos creen que si después de unas semanas poniendo un anuncio en Google no hacen ninguna venta, o al cabo de seis meses ven que no tienen beneficios, lo dejan estar. Hay un problema de concepción de qué supone emprender. Se tiene que saber por qué se quiere hacer, y es un camino de crecimiento personal. No es una cosa de una semana ni de seis meses, sino un proyecto de vida a largo plazo.

Volvemos a las inversiones. Eres cofundadora y miembro del consejo, en el Parlamento Europeo, del Knowledge 4 Innovation (K4I).

Con Collabwith vi que una plataforma como la nuestra podía ayudar, pero no sería el catalizador del cambio. Por eso fui al Parlamento Europeo. Llamé a la puerta, en el foro de innovación, con el que tenemos la misma visión, y me invitaron. Lo que hace el forum Knowledge 4 Innovation es influir que la agenda de innovación esté presente en la agenda del Parlamento y la Comisión Europea.

¿Cómo lo hacéis?

Organizamos debates. Pero no es sencillo, ya que entre la Comisión Europea, que es la parte más administrativa, y el Parlamento Europeo, que es la parte política, hay poco diálogo. El foro junta estas dos partes, junto con empresas y líderes del mundo de la Universidad, y debatimos propuestas, mejoras y soluciones que tengan que ver con el mundo de la innovación y la emprendeduría, siempre con expertos de cada uno de los temas a debatir.

¿Cómo se visualiza el resultado?

Ahora en el Parlamento Europeo ha empezado un nuevo periodo financiero. Eso significa que los nuevos presupuestos se están aprobando y distribuyendo. Tenemos una página en blanco, y ahora nosotros podemos influenciar en cómo se mueven y distribuyen los presupuestos de Europa. Con los debates damos información a las dos partes a fin de que las puedan implementar a los presupuestos. Sobre todo tenemos dos puntos principales de actuación: que se pongan objetivos para aumentar la financiación en mujeres que lideren investigaciones y empresas en todos los programas y que se creen programas específicos para balancear la brecha de género.

¿Tienes datos, de esta brecha de género?

Hay muy pocos datos, que vienen de plataformas poco transparentes, provenientes de artículos de prensa y que son restaurados en la India de forma manual. No vienen de los movimientos de inversionistas ni se utiliza la inteligencia artificial para mover y estudiar estos datos. No tiene sentido. Pero hemos conseguido un compromiso de Europa para tener y estudiar datos. Vienes de carrera tecnológica.

Hace unos meses la directora del Escola Politècnica Superior de la Universitat de Lleida nos dijo que tenían problemas para llenar las aulas de mujeres.

Fíjate en que hoy tenemos juguetes tecnológicos muy masculinos, hablo de colores y formas, que son las que fomentan el camino del futuro. ¿Por qué estamos comunicando tecnología de una forma tan masculina? Tendría que ser lo más neutral posible. En las carreras de tecnología se tendría que hablar más del positive computing, de la inteligencia emocional y de cómo crear tecnología para el bienestar de las personas y la sociedad.

Ingenieros como personas que resuelven problemas para la sociedad.

Exacto, más que un hombre solitario delante de una pantalla, se trata de cambiar la perspectiva de la tecnología, de quitarnos de la cabeza aquello de crear tecnología para crear, si no mirarlas desde un punto de vista social, filosófico y humano. Y aquí la mujer entrará muy rápidamente.

Eres propietaria de un blog con mucha solera. ¿Todavía eres una EspañolaenMunich?

El blog todavía lo tengo abierto, porque ayuda a mucha gente que quiere ir a vivir en Munich, aunque ahora vivo en Amsterdam. Quizás fue mi primera aventura emprendedora, y me ha beneficiado en mi carrera. Ha surgido un libro que explica cómo los padres han emigrado en familia, una herramienta para ayudar y educar a los padres a través de los niños.

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