¿A qué juegan, Windows y Microsoft?
Hace pocos meses millones de usuarios empezaron a recibir en sus ordenadores –sólo aquellos que eran compatibles– una actualización gratuita del sistema operativo al nuevo y flamante Windows 11, lo que tenía que sustituir el todoterreno y estable Windows 10. Pero pocas semanas después empezaban algunos problemas, que a pesar de ser pequeños afectaban a la productividad y la facilidad de uso del sistema.
Y es que el nuevo Windows 11 llegaba para ser un sistema operativo que ofreciera posibilidades de transformación y maleabilidad entre dispositivos, que permitiera pasar de una tableta táctil a un ordenador con cierta facilidad, conservando funcionalidades y características. Un hecho, este de la ubicuidad, que Windows controla y que hace tiempo que va detrás. Pero lo que parece que en un mundo táctil funciona puede estropear lo que los usuarios suelen utilizar en entornos de alta productividad con periféricos convencionales, como un teclado o un ratón. Y aquí está donde empiezan los problemas.
El primero es que Windows 11 ha perdido una de las funciones clave para millones de usuarios: poder arrastrar archivos del escritorio o de cualquier carpeta hacia programas abiertos que se encuentren en la barra de tareas. Una función que hacía mucho tiempo que funcionaba ahora ya no. Y eso ha levantado una primera oleada de críticas que, por lo visto, los desarrolladores de Windows no prevén resolver a corto plazo. Otra herramienta de productividad importante es la de cambiar de escritorio virtual rápidamente, del primero al segundo y viceversa. Esta función, que en Windows 10 era fluida y eficiente, con Windows 11 no funciona. Más críticas.
Pero el que realmente molesta de una gran compañía como Microsoft y su Windows es la incapacidad de poder publicar un sistema operativo que funcione, que guste a los usuarios y que no genere oleadas de críticas. ¿Tanto cuesta pulirlo hasta que quede perfecto? ¿Les puede la ansiedad de publicar sin revisar? En eso hay que decir que Mac de Apple, que tampoco es perfecto, es un sistema operativo extremamente más limpioque cualquier Windows. Mejorará, pero Windows 11 necesita mejorar.