Guillem Casadesús: 'Marte podría asegurar nuestra continuidad como especie'

Ha estudiado el grado de Ingeniería de Tecnologías Aeroespaciales y el grado de Ingeniería de Telecomunicaciones en el Centro de Formación Interdisciplinaria Superior (CFIS) de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC). Gracias a este programa, ha podido realizar el Trabajo de Final de Grado en el Massachusetts Institute of Technology (MIT) de Boston, con la financiación de la Fundación Privada Cellex. Apasionado por el mundo aeroespacial y por la robótica desde pequeño, acaba de ganar una competición organizada por la NASA sobre cómo fabricar combustible en Marte. Una mente privilegiada de 23 años que, como muchos dentro de este sector, se ha tenido que marchar al extranjero para seguir formándose.

¿De dónde sale la vocación tecnológica? En el instituto, cuando descubrí el mundo de la robótica. Allí, con catorce años, construí mi primer robot autónomo. Eso me permitió seguir sumergiéndome en este mundo y construir después un robot humanoide que pude presentar en diferentes ciudades de España y en una feria de ciencia en el Brasil.

¿Para triunfar en este mundo es necesario marcharse al extranjero? Creo que en general es más complicado triunfar en el mundo científico y tecnológico quedándose aquí, tanto en el ámbito académico como profesional, por eso la tendencia es aprovechar las condiciones laborales y oportunidades de otros países.

¿Cuándo lo asumiste? Cuando fui a hacer cuarto de ESO a los Estados Unidos tuve mi primer contacto con universidades americanas. Visité el centro de la NASA donde se construyó el rover Curiosity, justo cuando había detectado las primeras moléculas orgánicas en Marte. Al volver a casa ya tenía la idea fijada de estudiar a los Estados Unidos.

Tan fijada que acabas de ganar un concurso de estudiantes precisamente organizado por la NASA. La idea es desarrollar conceptos innovadores para mejorar la capacidad de operar en la Luna, Marte y más allá. Concretamente, con el equipo del Massachusetts Institute of Techonology (MIT) diseñamos una misión para producir combustible cohete en Marte a partir de recursos locales, ya que para la primera misión tripulada de la NASA en Marte será fundamental aprender a coger los recursos locales para no tener que llevarlos a la Tierra. Nuestro proyecto describe un sistema en que parejas de BART y MARGE viajan en torno a Marte: BART se encarga de los aspectos de producción, almacenaje y distribución del combustible, y MARGE le proporciona energía. Fuimos primer premio de la competición, y también premio al mejor tema.

¿Qué son BART y MARGE? Es un concepto del MIT que se compone de dos tipos de camiones grandes integrados y totalmente móviles que no tienen planta central de producción, y eso permite una fácil escalabilidad de la arquitectura y, al ser totalmente móviles e integrados, tienen la flexibilidad para producir combustible allí donde se encuentren las mejores reservas de hielo, y después entregarlo donde sea necesario.

¿Por qué es importante poder ir a Marte? Porque la historia demuestra que la vida continua a la Tierra no está garantizada, y convertirnos en una especie multiplaneta podría asegurar nuestra continuidad. Además, los humanos en Marte podrían hacer descubrimientos científicos mucho más rápido que los robots.

Has realizado un proyecto en el MIT sobre constelación de satélites. La comunicación por satélite tiene un gran nuevo impulso en forma de desarrollo de una nueva generación de constelaciones de satélites para satisfacer la necesidad de la sociedad de estar cada vez más conectados. El proyecto se centra en cómo utilizar la tecnología de estos satélites de la forma más eficiente para poder ofrecer mejores servicios a un mayor número de usuarios y con precios más asequibles. Concretamente, mi parte trata sobre cómo utilizar la frecuencia disponible para conectar a los usuarios de aviones o barcos. En consecuencia, utilizando métodos como este será posible disfrutar de conexiones en internet en un avión similares a las que se tienen en casa. En septiembre lo presentamos al 73.º International Aeronautical Congress de París.

¿Cómo se ofrece internet a través de los satélites? Hay tres maneras de utilizar una red de satélites. La primera es colocar una antena en una torre de móvil que da cobertura a diferentes usuarios, utilizando los satélites para transmitir los datos con la red del operador, en lugar de fibra óptica, microondas o enlaces de cable que se utilizan normalmente. La segunda es que los hogares y las empresas tengan sus propias terminales del suelo, que son antenas más pequeñas y económicas que se pueden comunicar directamente con los satélites. Finalmente, la tercera opción es que los vehículos tengan instaladas estas terminales, cosa que es importante para barcos, aviones o, incluso, coches sin conductor, que tendrán que transmitir y recibir, grandes volúmenes de datos en áreas que pueden no estar adecuadamente cubiertas por las redes celulares terrestres.

¿Crees que será posible que haya internet en cada rincón del planeta? Sí, y es una realidad muy próxima, ya que se están poniendo en órbita constelaciones que proporcionarán cobertura global. Eso quiere decir que en todas partes, con pequeñas antenas, se podrá tener una conexión en internet como la que disfrutamos en casa.

¿Cambiará mucho nuestras vidas? La nueva generación de constelaciones de satélites traerá una revolución tecnológica en muchas áreas de nuestras vidas. En primer lugar, ayudarán a satisfacer la necesidad de estar conectados, la cual se ha hecho todavía más evidente durante la pandemia, haciendo llegar conexión en internet en zonas donde la comunicación mediante infraestructuras terrestres no es posible. Además, se mejorará la logística del transporte autónomo, tanto de mercancías como de personas; se facilitará la expansión de internet de las cosas e, incluso, se ayudará al desarrollo de nuevas aplicaciones como la telemedicina.

¿Cuál es tu plan de futuro? Con la beca de la Fundación La Caixa empezaré el máster de Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de Stanford de California, después me gustaría hacer un doctorado y finalmente, acabar trabajando en una agencia de exploración espacial, como la NASA o la Agencia Espacial Europea. Tengo ganas de formar parte de los proyectos que hacen posible momentos históricos que han marcado generaciones, como la imagen en blanco y negro de Neil Armstrong bajando las escaleras del módulo lunar Apolo 11 en 1969, cuando se convirtió en el primer ser humano a pisar la Luna.

¿Te planteas poder volver a Cervera? En un futuro lejano seguro que querré volver para acá, pero eso será mucho más adelante. El sector espacial está cogiendo empuje tanto a Catalunya como en Europa y están apareciendo industrias pequeñas y start-ups, mientras que antes todo estaba en manos de cuatro grandes empresas o agencias espaciales.