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Venderse el iris por unas criptomonedas: ¿error imperdonable o futuro imparable?

Miles de personas están regalando un dato biométrico único. ¿Error imperdonable o futuro imparable? ¿Qué relación tienen miles de jóvenes de todo el mundo con una empresa privada que escanea los iris a cambio de criptomonedas? Suena a estafa de primer orden, pero también estamos ante un nuevo paradigma mundial.

Vendre's l'iris per unes criptomonedes

Venderse el iris por unas criptomonedas - REDACCIÓN XXII

Publicado por
JOAN TEIXIDÓ PAU
Lleida

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En los últimos meses, ha surgido una polémica en torno al proyecto Worldcoin, impulsado por el creador de ChatGPT, Sam Altman. Este proyecto ofrece criptomonedas a las personas, mayoritariamente jóvenes, a cambio del escaneo de su iris mediante un dispositivo denominado Orb. Aunque esta iniciativa ha captado la atención de muchos, también ha generado preocupaciones y dudas sobre la privacidad y la seguridad de los datos personales.

Un pasaporte de humanidad

Worldcoin dice que quiere crear un “pasaporte de humanidad” llamado World ID. Esta identificación basada en el iris podría ser útil para los viajes, los servicios médicos e incluso para comprar entradas para el concierto de vuestro grupo favorito. 

Y en realidad Worldcoin no va muy desencaminada. Tiene toda la razón del mundo cuando dice que, de forma global, no hay ningún sistema capaz de poder identificarnos. En España tenemos un carnet de identidad personal que todo el mundo identifica. ¿Pero qué pasa cuando alguien nos enseña el carnet de identidad de una persona de Tailandia, del Pakistán o de Corea del Norte? Pues que nos lo tenemos que creer, porque no podemos identificar ni una sola letra, y a veces las identificaciones pueden ser tan precarias como una fotografía enganchada con una grapa. Por lo tanto, Worldcoin no falla cuando propone una identificación mundial única.

¿Por qué, el iris?

Si buscamos elementos físicos únicos que tengamos las personas, hay pocos que nos puedan distinguir de una forma clara entre unos y otros. Es lo que se llama datos biométricos. De hecho, las más populares son tres: la huella digital, el reconocimiento facial y el iris. Para acertar el tiro nos tendríamos que dirigir directamente en el ADN, pero convendremos que, para reconocer a alguien, no sería la forma más ágil.

Volviendo a las físicas, lo cierto es que ya las utilizamos diariamente y que las hemos regalado sin querer a las tecnológicas, que tienen nuestras huellas dactilares y nuestro reconocimiento facial, datos biométricos con los que desbloqueamos el teléfono móvil o los ordenadores. Quedémonos con el iris. Para los de la ESO, es la parte colorida del ojo que rodea la pupila, que regula la entrada de luz. El color del iris varía en cada persona y está determinado por la cantidad de melanina y otros pigmentos. Y no, no hay dos iris iguales en el mundo, en todo el planeta.

¿Qué ha pasado con Worldcoin?

Vamos al tema que nos ocupa, que es la noticia que Worldcoin ha estado montando puestos en varias ciudades del mundo con un aparato denominado Orb, que hace una fotografía en el iris de las personas que acceden a participar en el proyecto. Algunas informaciones dicen que Worldcoin ya tendría a su poder el iris de 5 millones de personas. ¿Y qué hacen, de esta fotografía? Pues de momento nada. De hecho, no la guardan. Lo que hacen es convertir este iris en un código. Es decir, trasladan la información de una fotografía de alta resolución en una combinación de números y letras que es única y que nos identifica. Si habéis sido atentos a los últimos números de Vint-i-dos, os sonará si os hablo de los conceptos de token y blockchain. Por lo tanto, no tienen la foto, pero como si la tuvieran. No les hace falta.

¿A cambio de criptomonedas?

Si buscas llamar la atención de gente, sobre todo jóvenes, que son los que en principio vivirán más años y los que se beneficiarán de este sistema de identificación mundial, puedes hacer dos cosas: regalar discos en vinilo de un concierto de Mozart o regalar criptomonedas. Si habéis escogido la primera opción es que no sois el público objetivo de Worldcoin. En cambio, regalar criptomonedas llena de colas estos chiringuitos y genera un efecto de curiosidad. Una criptomoneda que no vale gran cosa y con la cual hoy día podrías comprar un café. ¿Pero y si vale mucho, en un futuro?

La regulación y la prohibición

La tecnología y la innovación no se detienen. Mientras Worldcoin hacía sus fotografías de miles de iris en ciudades como Madrid o Barcelona, la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ponía el grito en el cielo y pedía una regulación urgente. Lo hacía también la misma organización catalana. Las dos organizaciones ven que hay un elevado riesgo al ofrecer estos datos a una empresa privada. Un elevado riesgo, dicen, en términos de derechos y libertades. 

La reacción llegó 15 días después del aterrizaje del proyecto Woldcoin en España. El AEPD consiguió prohibir cualquier acción relacionada con el escaneo del iris durante tres meses, para estudiar las implicaciones que tiene. Una prohibición en línea con lo que han hecho otros países como Francia, Argentina, Brasil, la India, Alemania o el Reino Unido.

Tira y afloja

Worldcoin, o la empresa que tiene detrás, Tools for Humanity Corporation, ha anunciado acciones legales contra toda organización que se oponga en sus planes. En España ha tenido que intervenir la Audiencia Nacional para decirles que, de momento, pueden hacer las maletas. Pero la veda hacia el pasaporte mundial ya se ha abierto. Y habrá que no pararán.

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