Les estafas informáticas según la Fiscalía
Por Ramon Arnó Torrades
Advocat y CEO de la Familia Digital
www.lafamiliadigital.es
El día 10-9-2023 se presentó la memoria de la Fiscalía del año 2023 y como señala la misma, la cifra más elevada de los delitos informáticos cometidos en España están relacionados con estafas y defraudaciones.
Así de los 23.486 delitos informáticos computados en la memoria, los primeros en el ranking son 19.464 delitos (el 82,87% del total) de estafa y defraudación, siendo los segundos en el ranking 1.242 delitos (el 5,29 %) de amenazas y coacciones a través de las TIC.
Este elevadísimo índice confirma la total preeminencia de las investigaciones por esta categoría de ilícitos que se va incrementando año a año, y así es significativo que en 2020 fueron el 72,43%, se elevó al 75,50% en 2021, al 81,68% en el año 2022 y al 82,87% en el 2023.
La relevancia de estas actividades delictivas es incuestionable, como lo son también los perjuicios que anualmente causan a los ciudadanos, empresas e incluso a los Estados y así según resulta de la encuesta sobre inseguridad en la red elaborada por el CIS en febrero de este mismo año, el 47,5% de los entrevistados habían sido víctimas de estafa o de intento de estafa en el último año.
La explicación de estos altos números son diversas, por ejemplo que las estafas y defraudaciones son conductas delictivas que por su naturaleza suelen ser objeto de denuncia por parte de los perjudicados con más facilidad que otra clase de conductas que no afloran con habitualidad -tales como los delitos contra la libertad sexual de los menores o las vulneraciones de datos o sistemas informáticos- o que la categoría correspondiente a las estafas y defraudaciones abarca una gran diversidad de conductas delictivas que obedecen a dinámicas criminales muy diferentes, aun cuando tengan como elemento común el desplazamiento patrimonial irregular en perjuicio de una o más personas y en beneficio del delincuente o de un tercero.
Así dentro de esta categoría se computan no solo las estafas tradicionales, basadas en el engaño, cuando presentan determinadas connotaciones y se cometen online, sino también los fraudes propiamente informáticos, así como el uso irregular de instrumentos de pago distintos del efectivo materiales o inmateriales y las diversas conductas que sancionan los actos preparatorios de unos y otras.
Son numerosas y muy variadas las actividades ilícitas que se sustentan en esta dinámica criminal y en las que los delincuentes se sirven de los diferentes medios de comunicación online, tales como foros, chats o sitios web, para captar mediante técnicas de ingeniería social a sus víctimas, al tiempo que recurren a diversos instrumentos y argucias para ocultar su identidad y asegurarse la impunidad.
Entre ellas pueden mencionarse, a modo de ejemplo, las ofertas fraudulentas de todo tipo de bienes y servicios; las propuestas falsas de empleo que requieren de la víctima la entrega de cierta cantidad de dinero; la utilización fraudulenta de la plataforma bizum; la estafa del amor –romance scam–; las cartas nigerianas, así como los diferentes supuestos en que el delincuente, a través de mecanismos como el smishing o el vishing, simula actuar en nombre de entidades bancarias o de cualquier clase de empresa o institución o también cuando usurpa con fines fraudulentos la identidad de otra persona, como es el caso de la estafa del hijo en apuros, en la que el estafador se hace pasar por un familiar cercano de la víctima demandándole la entrega de una cantidad de dinero por encontrarse supuestamente en situación de urgencia.
Algunos de estos supuestos, particularmente aquellos en que se utiliza la identidad de alguien realmente existente, se están viendo extraordinariamente favorecidos por el uso de la inteligencia artificial lo que, en opinión de la Fiscalía, hace más necesaria que nunca la tipificación especifica de estas conductas de simulación online de identidad ajena, a fin de contar con una herramienta legal que permita una actuación más directa y efectiva frente a este tipo de comportamientos, cualquiera que sea la finalidad que con ello se pretenda.